La adrenalina que produce la
velocidad lleva a los conductores
a pensar solo en ganar, arriesgando incluso
su propia vida.
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Al occidente de la ciudad se encuentran las mejores vías: pavimentadas,
rectas y con curvas bien definidas, características que persiguen los
aficionados para competir en los denominados ‘piques ilegales’. Carreras de
motos y carros que se han convertido en una problemática para la ciudad a la
cual no se le encuentra solución.
“No se puede describir lo que uno siente, es la adrenalina
que entra en uno, y cuando la Policía aparece nos toca irnos, cada quien coge
por su lado”, dice Alejandro Vanegas, piloto en piques ilegales.
Muy criticadas han resultado las
competencias de carros y motos que se desarrollan sin controles, sin seguridad
y sobre todo intimando a la ciudadanía; pero más allá de esto, ¿cuál es el
pensamiento de los mismos infractores? VECINOS habló con varios de ellos, y
esto es lo que dicen:
“A nosotros nos toca hacer eso
porque no tenemos un espacio en la ciudad donde podamos competir, todo es para
el fútbol, los dineros se destinan al estadio y otros escenarios, a la gente que le gusta competir le toca
arriesgar la vida por ahí en las calles y eso lo hacemos porque nos gusta, es
deseo y pasión”, según Alejandro Vanegas.
Para Sergio Arango, “es muy
triste que uno que corre en las calles sea más delincuente que el hincha de
fútbol que hiere a otro en el estadio. La policía lo trata a uno como un
delincuente, entonces cuando llegan a los piques a uno le toca huir”.
“Esto es de nunca acabar porque
la gente compra mucha moto, a los jóvenes les gusta venir a ver, a conocer de
qué se trata y terminan metiéndose; eso no hay operativo que valga, cada vez se
compran más motos”, dijo Felipe Calle.
El asunto más complejo es en la
Villa Olímpica, donde en repetidas ocasiones miembros del Instituto Municipal
de Tránsito y Transporte programan operativos para inmovilizar las
motocicletas. Los comparendos, las motocicletas inmovilizadas y los pases de
conducir suspendidos, parecen no importarles a los competidores, que llegan a
reunirse hasta más de mil.
Los ‘piques’ ilegales son
perseguidos por habitantes de otros municipios que llegan hasta la ciudad para
correr, de Santa Rosa, de La Virginia, de Anserma, de Belén, de Mistrató, etc.
La dinámica es sencilla: no está obligado a competir, si quiere lo hace, no hay
premios, no hay trofeos, no hay plata a menos que lo dispongan; eso sí, se está
arriesgando no solo a que le quiten su moto, sino a acabar con la vida de otra
persona al estrellarse entre sí o con un transeúnte.
En Gamma los vecinos se sienten
inseguros, algunos ya escuchan las motos y saben que son los famosos ‘piques’
ilegales; pero más allá de esto, el rugir de las motocicletas no deja de
intimidar a la comunidad. “Eso ve uno una cantidad de motos que pasan pitando y
haciendo ruido y sabe uno es que van para los piques”, dijo habitante Álvaro
Camacho, habitante del sector.
“Llevo dos años trabajando acá y
puedo asegurar que no he recibido una solicitud para este tipo de eventos”,
dijo Jessica Restrepo, coordinadora de la ventanilla única de espectáculos
públicos de la Secretaría de Gobierno.
Ante cualquier proyecto desde la
administración municipal los mismos conductores se perciben incrédulos, han
perdido la confianza en las propuestas que aluden a la construcción de escenarios para el libre ejercicio de esta
práctica. “Ya lo ‘pelaos’ se cansaron de ponerle cuidado a la política, porque
cuando se aproximan las elecciones llegan los políticos a jugar con ellos, a
ilusionarlos, y como se apasionan tanto entonces ya no les ponen cuidado, ya
les da igual”, sentencia Carlos Torres, Presidente del Club de Motovelocidad
Faycar, legalmente constituido y quien hace sus carreras en pistas fuera de la
ciudad.
Es que en materia de seguridad
para realizar este tipo de eventos hay que cumplir con unos parámetros de
carácter legal que incluyen: el acompañamiento de la Policía, el visto bueno del Instituto Municipal de
Tránsito y Transporte, un plan de contingencia, unas medidas de seguridad
aprobadas por la DOPAD (Dirección Operativa de Prevención y Atención de Desastres), un número
determinado de organismos de socorro, certificado de logística, pólizas de
responsabilidad contractual donde el asegurado sea el municipio, beneficiarios
o terceros. Si hay música, el debido pago de derechos de autor y finalmente se
requiere al representante legal de la empresa o el coordinador del evento.
“Este es el momento de los
conductores aficionados necesitan de un escenario para competir, para calmar
las ganas, porque cada día ve uno más gente metida en el cuento. Si usted tiene
moto a usted le da curiosidad y así sea por ver, termina metido. La solución a
todo esto y por beneficio de la ciudad es que se destine un espacio para los
carreras”, puntualiza Carlos Torres, quien además es mecánico.
*Sergio Arango, Alejandro Vanegas y Felipe Calle, nombre cambiados a
petición de las fuentes.
DATO:
114 comparendos por este tipo de
infracciones en lo que va corrido de este año 2014.
¿Le falta a la ciudad escenarios para este tipo de competencias?
Wilson Mejía
“Sí, deberían tener una parte
específica para que puedan competir, con todas las normas y los reglamentos que
exige”
Jhon Jaime Cortés
“Debería de haber un sitio
estratégico aquí en Pereira donde la gente puede ir a ver y a competir porque
es que por ahí compitiendo en las calles, eso es un peligro muy grande”
Henry Hernández
“La gente lo practica es porque
le gusta, y si a la gente le gusta claro que debe existir. Debería haber un
espacio donde hacerlo en la ciudad”
Lo que no han podido entender los dirigentes de la ciudad (si es que así se les puede llamar) es que crear un espacio para estas prácticas sería rentable para la ciudad. No es sino mirar el cartódromo que hicieron en Manizales y cada 15 días hay un evento allá de carácter regional o nacional. ¿Cuántas personas mueve un evento de esos? ¿cuántos impuestos por boletas? ¿cuánto aumenta la ocupación hotelera?
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