domingo, 19 de junio de 2016

Opinión / El talón del Alcalde. Por: Carlos Victoria

Una ciudad es más que un alcalde. Pero una ciudad sin alcalde es menos que eso. Los ciudadanos esperan que los alcaldes gobiernen la ciudad. Atrás quedó la sensación que Pereira tuvo gobiernos pero no alcaldes o,​ peor aún: alcaldes que no gobernaron la ciudad o lo hicieron para favorecer a determinados intereses.

Esa misma sensación se transformó en razón y en octubre pasado se acercaron a las urnas miles de ciudadanos sin partido pero con ciudad. Indignados,​ pero esperanzados en el cambio prometido. Cansados del desgobierno traducido en ineficiencia y falta de transparencia. Eligieron a un alcalde que gobernara la ciudad y no a un alcalde que lo hiciera para los privilegiados de siempre.

Creo que ese es el punto. Hoy,​ cuando las redes sociales reconfiguran la arena pública y política, los ciudadanos están más informados que ayer. Mientras ven o escuchan al alcalde en una u otra cosa intrascendente por Facebook​,​ también leen y se enteran ​de ​que el cambio prometido no despega y su vidrio delantero está empañado por la niebla de las licitaciones.

En estos primeros seis meses de mandato son más las dudas y el escepticismo sobre la capacidad del alcalde y su equipo de gobierno de hacer realidad el tal cambio. Es como si hubiésemos llevado el carro al mecánico y al salir del taller el vehículo sigue fallando, perdiendo la plata. Aquí no es la plata,​ pero si el voto. Aunque la plata y su acumulación sean el quid del asunto. El dinero público al fin de cuentas.

Nadie quiere que le vaya mal al alcalde. Pero si esto sucede las desgracias para la ciudad serán cada vez peores​. Aún es muy temprano para ofrecer un veredicto objetivo. Sin embargo​,​ estimo que su talón de Aquiles está en la contratación pública. De su eficiencia y transparencia depende que el cambio se hunda o no.


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