Por: Lucía Correa Echeverri
Pero como hace uno para no hablar de las
féminas si por fin están despertando y dejando de ser tan bobas como eran
antes. ¡Claro que falta mucho! Pero al fin dan muestra de que están vivas y que
son capaces de lograr lo que se propongan, así hayan demorado mucho en
despertar.
Tenemos a María del Pilar, no hizo caso a
nuestra sugerencia de que aclarara las cosas y enfrentara a esa abominable
posición de la Fiscalía que la persigue como si fuera un bandido peor que Pablo
Escobar. Prefirió seguir jugando a las escondidas y seguir andando de un lado
para el otro buscando el amparo de países que sí entendieran su posición.
Pero hay otras que dan muestras de vida y de
valor. Tenemos a María Fernanda Cabal, una nueva e interesante protagonista del
Congreso que sin miedo alguno se burló de quienes sabemos porque muy sonriente
enfrentó a uno de los de la mesa de Cuba que fue dizque a pedirles perdón.
¿Y ahora qué? ¿Irá a decir El Chavo del ocho
colombiano que eso es un delito y que hay que condenarla penalmente? Por Dios,
si uno ya no puede expresar sus sentimientos porque todo es un delito. Se le
está yendo la mano al señor Fiscal por dárselas de héroe.
Bueno, pero en realidad nos falta mucho. A
diario seguimos viendo en la televisión casos del maltrato femenino y muerte
sin compasión de mujeres que no sabemos qué delito han cometido para ser
asesinadas por sus siete machos correspondientes.
Ya es hora de examinar las cosas y de dejar
ese miedo que nos está matando. Que ellos tienen a su lado el hecho de que
poseen la fuerza bruta, es decir, que con un bien golpe nos dominan. Alto ahí.
Si así se presenta la cosa no es más que tomar algún objeto pesado cercano a
nosotras y tratar de defendernos.
Son demasiados años de esclavitud. Desde
cuándo estamos demostrando que somos más y que la unión hace la fuerza y qué
nos ganamos con eso mientras perdure la cultura del "macho" que
lamentablemente implantaron nuestras abuelas, que recibieron a su vez esa
educación heredada de nuestras antepasadas quién sabe cuántos años atrás. Y así
no podemos seguir.
Es hora pues de despertar. Con marchas y
pancartas solamente no haremos nada. Dejemos que la cosa continúe a su amaño y
a su antojo.
Hay una cita que dice que el mundo se ha de
convertir en un matriarcado; ya estamos así en cantidad pero no en calidad. Si
resultan buenos empleos son para los varones, aún cuando se lo den a alguna
mujer esta estará en peores condiciones, así su inteligencia y preparación sean
superiores a la del compañero de trabajo.
Sigamos luchando, hagamos una fuerza que ojalá
abarque todo el país y más tarde nos podremos extender a nivel mundial. Cuando
menos lo pensemos al fin seremos dueñas de la situación, pero sin las mentiras
que suelen darnos los señores para ablandarnos, pensemos si quiera de una vez
que somos superiores en todo y por todo.
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