Por: Adriana Mercedes Marín
En el año 2011
la UNESCO declara como patrimonio de la humanidad el Paisaje Cultural Cafetero
conformado por 47 municipios, 411 veredas y más de 30 mil hectáreas.
¿Qué traduce
esto? Pues que la declaratoria no sólo permite un amplio reconocimiento
internacional de la zona, sino que la hace una región protegida por el
Ministerio de Cultura.
Sin embargo, un
pronunciamiento de la Contraloría, por medio de una función de advertencia con
relación a un proyecto de energía que se viene desarrollando, no sólo afectaría
zonas de conservación natural sino el mismo Paisaje Cultural Cafetero.
El proyecto ha
sido llamado UPME 02-2009, que significa Unidad de Planeación Minero
Energética, diseñado en el 2009 y aprobado por el Ministerio de Minas y Energía
en el 2012; otorgó a la Empresa de Energía de Bogotá el diseño, construcción,
operación y mantenimiento de la Subestación Armenia, la cual va desde Santa
Rosa de Cabal hasta Armenia, cuyas torres y líneas de conducción afectarían
unos 6,2 Kilómetros del Paisaje Cultural Cafetero, entre ellos, el sector de
Barbas-Bremen.
A quienes hemos
tenido la oportunidad de deleitar nuestros ojos con esa hermosura de paisaje y
apaciguar nuestras almas con el sonido de una fauna única de la zona andina,
donde podemos escuchar el ruido ensordecedor de los monos aulladores, en vía de
extinción, nos duele el corazón con el sólo hecho de pensar que ese paraíso, a
pocos minutos de Pereira, vaya a ser destruido por el afán de traer a la región
230 mil voltios de energía que no se necesitan, pero estarían a disposición de
las multinacionales mineras, de acuerdo con denuncias de la Fundación Ecológica
Cosmos.
Lo más triste, para
el Ministerio de Cultura, las 36 torres que construirán en zona del Paisaje
Cultural, de las 83 que comprende el proyecto, no representan ninguna amenaza
ni riesgo. Para la Contraloría se podría incurrir en el “eventual
incumplimiento de compromisos internacionales ante la Unesco por parte de
Colombia”.
Creería que se nos
avecina una tragedia ambiental. Falta claridad sobre lo que pasará con la
riqueza natural de esta reserva, o qué les va a ocurrir a los monos aulladores
cuando se monten en cables de alta tensión.
Aunque grupos
ambientalistas y algunas voces rechazan públicamente este proyecto, necesitamos
que líderes, empresarios, políticos, gobernantes y la sociedad civil nos unamos
en torno a esta causa. Esta es mi manera de protestar y agradezco a colegas y
amigos, como Nelly Muñoz, quienes todos los días nos recuerdan con sus escritos
en Facebook sobre lo que pasará si seguimos callando.
#Yomeuno por la
defensa del Barbas-Bremen. ¿Y Usted..?
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