sábado, 23 de agosto de 2014

Infraestructura / Samaria: Abuelos ejercitan a pleno sol

Motivados por la líder comunitaria y la instructora de
 aeróbicos,  los abuelos están regresando al grupo.

Es compleja la situación que desde hace 14 años viven los vecinos del  barrio Samaria, al sur de Pereira. No cuentan con una caseta comunal, el 60% de sus vías no están pavimentadas y el grupo de la tercera edad está a punto de desaparecer.

El problema mayor para el grupo de la tercera edad es la falta de espacios necesarios para desarrollar las actividades, espacios que el barrio no tiene y que dificultan el poder llevar a cabo los encuentros planeados con los adultos de edades entre los 60 y los 85 años.

Denis Cardona es la persona responsable del grupo de la tercera edad en el barrio Samaria. El grupo inició por la necesidad de brindarles a los abuelos el espacio y el tiempo para compartir entre sí. “La idea inicial eran de 30 abuelos con los que podamos trabajar, hacer actividades para que ellos no se queden solos y se integren”, afirmó Cardona; pero a medida que ese grupo fue creciendo durante el año 2013, así mismo se fue reduciendo para el año 2014, pues golpeado por la ley de garantías, otros beneficios como los almuerzos fueron desapareciendo; eso sumado a las condiciones que tenían que pasar en la cancha desmotivaron a más de 15 abuelos, hasta quedar con un número reducido.

La cancha ubicada en cercanías con la escuela de Samaria queda al aire libre y el sol da de lleno porque no hay cubierta, por ello varios abuelos se han visto desmotivados hasta dejar de asistir a los aeróbicos, temerosos por su salud. “Es un grupo de la tercera edad que está siendo perjudicado porque no contamos con los escenarios para que ellos puedan disfrutar de los eventos; ni siquiera tenemos caseta comunal”, dijo Maicol Villada, líder comunitario de la zona. 

Samaria, desde hace 14 años cuando surgió en el mapa de la ciudad, no cuenta con caseta comunal, los más de 19 mil habitantes que tiene la zona pueden presumir hoy de un lote, pero no con los recursos para construir una sede comunitaria. Administración tras administración ha pasado sin que ninguna ofrezca una solución viable para este proyecto que afecta de manera directa a una población vulnerable como los adultos mayores. “El entrenar al aire libre les produce a ellos más desgaste, es difícil porque van desertando”, puntualiza Cardona.

Hace apenas un mes están regresando y es porque desde la Gobernación de Risaralda se les está apoyando con los almuerzos comunitarios, los cuales se van a repartir en un quiosco del lugar, y como requerimiento deben construir una alberca donde puedan hacer la limpieza de los implementos.

Gratitud
“Está muy bien todo, pero para eso uno necesita estar dispuesto a hacer los ejercicios donde se pueda”, afirma Miguel Ángel Echevarría, miembro del grupo de la tercera edad.
La felicidad de los abuelos es evidente a simple vista. Cuando se les pregunta por los beneficios de pertenecer al grupo, inmediatamente responden con una sonrisa, pues muchos de ellos prefieren estar allí que estar solos o haciendo nada.

Doña Rosmira Ospina es una señora que disfruta el integrarse con los de su edad, tiene 85 años y lleva varios años en el grupo: “yo si le saco el jugo a todo, hacemos los ejercicios que nos da la instructora, y la pasamos bien”, dijo con alegría en su rostro.

El satélite del colegio Remigio Antonio Cañarte ubicado en Samaria, por fuerza mayor tuvo que decir que no al espacio que les daba a los adultos para que almorzaran allí, dadas las condiciones del colegio y el tamaño. El espacio no se les volvió a prestar porque no contaba con mesas ni infraestructura para desarrollar el programa.

“Las instalaciones no son las adecuadas para este tipo de programas, no contamos con el espacio para ellos porque los niños después tienen que estudiar en pupitres sucios”, dijo María Mercedes Ramírez, docente de la institución educativa. VECINOS visitó el lugar constatando la difícil situación.

Es así como los abuelos de Samaria están a la deriva a falta de espacios que les brinden las oportunidades que durante años han esperado, tener una caseta para libremente llevar a cabo sus programas y sus actividades.

Dato:
Actualmente 35 abuelos están cobijados por el programa de almuerzos, los cuales les son repartidos en un quiosco de la zona.

Voces:
¿Qué opina sobre el grupo de la tercera edad?
Rosalba Cárdenas
 “Yo estoy muy contenta con mi mamá en el grupo, pero ojalá pudiera estar más tiempo”.





Azael Cuartas
“Sí, porque a este sector el gobierno no viene, no hay caseta comunal, el gobierno no ha servido”.





Alba Mery Cano
“El grupo es muy bueno, pero qué pesar de los abuelos que hacen ejercicio al aire libre, eso les hace daño”. 

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