lunes, 28 de julio de 2014

Opinión: Una gesta

Por: Lucía Correa Echeverri

La verdad que esto de andar poniendo sobrenombres a quienes dirigimos estos "trastornos" cada vez que circulamos no nos deja muy contentos que digamos.

Así que aclaremos de una vez: eso del señor de los anillos se dirige al señor Soto, quien por muchos años nos mangoneó a su amaño y a su antojo, pero tenemos fe en que el recuento de votos con su contendor el señor Gechem Turbay sea favorable a este último y nos libremos de una vez por todas de quien ya casi no obtuvo los votos suficientes para ganarle al de aquí, que no es ni siquiera de Pereira, sino que se vino para acá hace muchos años logrando dinero, que era lo que quería, y poder, hasta llegar a ser el amo y señor de la comarca.

Pero nos cansamos, ya está entendiendo que aquí no se le quiere, que estamos hartos de que nos mande un señor que no es de aquí ni se parece a nadie.

La culpa la tiene esa ley que decretó que las elecciones para alcaldes y gobernadores fueran por votos y ¡ay de nosotros que los resultados han sido desastrosos! Ni un solo alcalde obtenido por votación ha sido para nada útil.

Pereira poco a poco se ha ido cayendo y hoy en día no tenemos sino fama de que las mujeres de aquí son todas prostitutas. ¡Como así por Dios!, respeto exigimos a todo el país donde el
comentario es que somos muy facilistas.

Todo porque somos amables, simpáticas y la mayoría muy bonitas. Eso es igual a la mermelada del señor Santos y, por favor, hagámosle al respetico que tanto merecemos.

Así como se debe, aun cuando no sabemos cómo hacer, reconocer la gran diferencia que presenta la ciudad de antes -un hondo pozo de civismo- y la de ahora -en manos de personas que no pueden manejarla como es debido y manejados por un individuo que es todo un desastre-.

Sabemos que el actual alcalde no ha sido sino un desastre. No dio la talla, no sabe ni siquiera cómo es mandar, al punto que son los empleados a su servicio los que hacen decretos para manejar al pueblo.

Un pueblo que fue grande, muy grande, los alcaldes fueron designados desde Bogotá teniendo en cuenta su historia y su trayectoria como ciudadanos íntegros, honestos, correctos y todos unos señores.

Es que cuando a Pereira llegaron las grandes firmas a hacer sus supermercados, y súper almacenes, la gente de los pueblos aledaños y otras de los departamentos vecinos, todos creyeron que encontrarían trabajo y se vinieron en carrera, sin trabajar. Consiguieron vivienda y con qué comer. Pero a la ciudad no le dieron nada.

¿Que no hay que agradecer? Sí y mucho: hay trabajo, vivienda, salud; es justo que Pereira reciba algo a cambio.

Se nos vienen a la mente esos varones egregios que la forjaron y que, quieran ustedes o no, Pereira es lo que es porque ellos, además de conseguir su riqueza con su trabajo, le dieron a Pereira sus mejores años de vida para llegar a ser lo que es hoy.

Es a esos varones y a esas mujeres valientes y decididas que somos, no esos que llegaron buscando una mejor vida, sino esas familias que se formaron al calor de los hogares de gente trabajadora honrada y echada para delante.

Duélale lo que les duela, pero gente como la de los clanes Marulanda, Vallejo, Ángel, Mejía, Arango, etc. Y nos excusan porque la lista sería muy larga si la fuéramos a escribir toda. Pero nadie puede desconocer que esas sí eran personas que valían tanto por lo que hicieron, pero hoy ya no cabemos más.

En entregas de próximos días les contaremos si es posible estas gestas maravillosas ante las cuales deben inclinarse todos estos reencauchados que hasta ahora ni las gracias han dado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario