Por: Diego A. Vélez Quiroz
Sala Estrecha es un espacio de la Corporación Cultural Marca Pasos
Público que está integrada por dos grupos, Cicuta Teatro y La Casa Flotante
Teatro. La sala nace “como una necesidad por un espacio propio, no solo de
creación sino también de programación y promoción del trabajo de nuestros
grupos y el de otros”, afirman Mauricio Robledo y César D. Salazar, directores
de la corporación.
Aunque durante años en Pereira se
ha sentido la presencia del teatro, es difícil hablar de una tradición teatral
en la ciudad. Marca Pa
sos Cultural ha instituido un espacio único y diverso para el teatro pereirano, una sala de apenas unos cuantos metros de ancho por otros pocos de largo, con diez sillas y un escenario variable. Sus directores nos hablan un poco del proceso de Sala Estrecha y de la Corporación Marca Pasos Cultural:
¿Por qué Sala Estrecha? ¿Por qué optar por un espacio tan poco
convencional para el teatro?
Uno, porque el acceso a los
espacios de la ciudad es algo complejo; dos, porque nos gusta mantener la
independencia; tres, porque el teatro ha establecido un lenguaje diferente con
los espacios, me refiero al teatro contemporáneo, ya no necesita uno de un
teatro municipal con 400 sillas para generar teatro; cuatro, porque la relación
del teatro con la ciudad es compleja, queríamos apostarle a un espacio
improbable, si algo nos caracteriza es hacer proyectos improbables, sobre todo
en la ciudad. Hacer una suerte de festival de teatro como la Muestra de Teatro Alternativo, que en
principio era eso, una muestra, pero que poquito a poquito se ha convertido en
un festival de teatro, en una ciudad que históricamente no tiene una relación
muy fuerte con el teatro de parte de los espectadores, era improbable. Era
improbable traer grupos de otra ciudad y alojarlos. Pero todo ha sido posible. Basta
tener un poco de iniciativa, un poco de entusiasmo y ya está.
¿Cuál ha sido la respuesta del público a esta propuesta?
Cuando decidimos abrir la puerta
y crear una programación, apostamos por
algo a un plazo mucho más largo del que vemos que podemos conseguir ahora para
formar un público amplio. Ha llegado gente que no esperábamos, cada vez tenemos
más público, cada vez es más la gente que sabe del espacio. Algo que pasa y nos
alegra mucho es que no tenemos que ir a buscarlos, hacemos la tarea de la
publicidad, pero la gente llega por el voz a voz, alguien viene y le cuenta a
su amigo o familiar que aquí hay teatro, que es un buen teatro, que es
permanente, que la calidad es decorosa, así llega el nuevo público. Ha sido
sorprendente porque no creíamos que se formara un público tan rápido. Además
hay algo muy interesante, muchos de los que vienen asistiendo a las funciones
empiezan a sentirse responsables por la sala, adquieren cierto sentido de
pertenencia por el proyecto. Nosotros no tratamos de presentarle a la ciudad el
proyecto con alcances mayores de los que tiene, es algo que hacemos muy
honestamente, muy tranquilamente, lo que queremos es que nos acompañen, que
vean lo que estamos haciendo. Es interesante escuchar a las personas hablar de
la sala como un proyecto que les duele, que les interesa. Por ese lado la
relación con la sala es diferente, la gente no solo viene y se va.
Ya metidos en esto ¿cuál es su preocupación en y por el teatro?
Solo queremos hacer teatro. No nos
interesa hacer teatro de fin de semana, todos iniciamos así, pero en algún
momento esto tiene que cambiar. El teatro es un oficio y tiene una carga
objetiva y técnica que hay que asumir, hay que investigar, estudiar e ir
actualizándose con la información, hay que ver teatro, tener espacios de
formación, crear. En esa misma medida, a la hora de mostrar un resultado, hay
que respetar al espectador. Hay que ajustar tuercas. Hace mucho se vienen
haciendo cosas innecesarias en el teatro de la ciudad, me cansé de hacer teatro
como una pose.
¿Qué son cosas innecesarias?
En la ciudad el teatro se ha
asumido como una postura, una que dice “soy actor, hago teatro, me paro en
escena, repito un texto”. Así el teatro es algo innecesario, se convierte en un
asunto de decirle al entorno que “yo hago teatro”, eso es innecesario, no tiene
ningún tipo de carga vital ni artística. Nuestra mayor preocupación, ahora, es
hacer un oficio honesto, no tratar al espectador como estúpido, formar actores
que tengan la capacidad dialogar con el otro y tener una mirada más crítica del
mundo.
No llegamos aún al punto en el
que deberíamos estar, pero vamos llegando, cada vez conseguimos mejores
espacios, hacemos un trabajo más riguroso y estamos dedicándonos en cuerpo y
alma a esto, dedicándonos en serio. No tenemos que hacer un teatro que venda,
pedagógico, social o de intervención comunitaria. Hacemos teatro, eso es
importante. No nos interesa complacer, nos interesa crear un público crítico,
que no le guste todo lo que hacemos, para ello necesitamos criterio y eso se
gana con trabajo. No es un teatro mejor o peor, simplemente distinto.
Sala Estrecha, como bien lo
afirman sus directores, tiene una programación permanente de teatro. Cada
jueves, viernes y sábado abren sus puertas al público para sacarlos, tan solo
por una par de horas, de su mundo cotidiano.
Muy bueno!!!! felicitaciones queridos amigos, todo es posible con dedicación, amor y auto crítica.
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