Un campesino mutilado, múltiples enfrentamientos, dispersión
por la fuerza, carreteras bloqueadas, reclamos de parte y parte, automóviles
quemados, heridos, toque de queda en Huila. Este es, sin números, el saldo del
primer día del paro cafetero.
Aunque el paro fue anunciado con varios días de
anticipación, y era obvio que se iban a generar trancones en algunas vías,
parece que la protesta se hubiese desatado de repente y todos se hubieran
entregado al pánico.
No es posible decir que los culpables sean los campesinos
cuya situación, a estas alturas, es bien conocida: el café va en descenso y con
él una parte importantísima de la economía del país. Tampoco es válido afirmar
que la fuerza pública (la policía, los escuadrones antimotines) tenga culpa
alguna, su trabajo consiste en proteger ciertos espacios (aunque siempre se
pueden considerar las condiciones) y eso hicieron en cuanto lo creyeron
necesario.
Hay un problema mucho más grave de fondo. Aunque los
enfrentamientos y las protestas son lo más visible, y seguramente crearán, por
lo menos frente el grueso de la población, una distracción injusta respecto al
verdadero problema: el café ya no es un negocio, las familias que dependen de
su siembra están en quiebra y el gobierno asegura que la economía colombiana
sigue creciendo.
Según los reportes oficiales, la economía colombiana creció
3,5% en el 2012, el BM esperaba que fuera del 4,2%. El hecho concreto es que
los reportes dicen que la economía creció. Sin embargo, durante el año pasado
el gobierno le entregó a los cafeteros un subsidio de 60 mil pesos por carga de
café (la economía alcanzaba para ello) y, con más o menos preocupación, el tema
del desplome del café fue un tema constante. Por lo visto, el negocio del café,
tan tradicional y extenso, no se ve afectado, para o bien o para mal, por la
economía colombiana.
Los hechos de hoy provocaron el nombramiento de un nuevo director
para la Comisión Cafetera, Juan José Echavarría, excodirector del Banco de la
Republica. Con el nombramiento se espera generar un canal de diálogo que
permita, cuanto antes, dar una solución a los problemas de fondo del paro
cafetero.
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