jueves, 30 de agosto de 2012

Ambiente / Construcción


 Llorando por los guaduales

 Parte del guadual desapareció, restándole frescura al entorno y belleza al paisaje
 que rodea a la quebrada La Arenosa. Acá quedará Guaduales de Los Alpes.
Guaduales de Los Alpes pareciera un nombre irónico para un proyecto habitacional de dos torres -una de ellas con nueve pisos, 20 apartamentos, 16 oficinas y cuatro sótanos de parqueo- que requirieron el derribo de 100 matas de guadua. Pero es cierto.

La polémica se inició en septiembre del año pasado, cuando se colocó la valla anunciando la edificación del proyecto en la carrera 15 bis con calle 11.

En su momento el docente Carlos Alfonso Victoria, de la Facultad de Ciencias Ambientales de la Universidad Tecnológica de Pereira (UTP), declaró que “este tipo de obras hacen que la ciudad sea cada vez más gris, donde es evidente el interés de los sectores público y privado de sembrar más edificios que árboles”.

De nada sirvieron las protestas de los vecinos, incluso del Comité Cívico, pues la zona se intervino y en la actualidad avanza la construcción. De hecho, la Carder, a través de la Resolución 0498 del 20 de marzo de 2012, autorizó el aprovechamiento de un guadual natural y aprobó un plan de compensación forestal que consiste en la siembra de 50 chisquines de guadua, 20 plantas nacedero, guayacán amarillo, heliconias, platillo y lila rosada, además de la demarcación de zona de protección.

Responden constructores

El ingeniero Luis Fernando Pérez, director de la obra, reconoció que han tenido muchos reclamos por parte de los vecinos, pero que se debe tener en cuenta que el guadual estaba en una propiedad privada, era usado para lanzar basuras y como vivienda de indigentes, su tala fue autorizada por la Carder –como ya se explicó- y que el edificio es un “proyecto ecológico”.

Lo denomina así porque la propuesta incluye los siguientes elementos: reciclaje de aguas lluvias con destino al consumo humano (previas pruebas de calidad), ascensor ecológico con sistema de imanes y paneles solares para proveer energía en las zonas comunes.

“La erradicación del guadual es un daño ecológico, pero cumpliremos con la compensación forestal, además es una propiedad privada”, reafirma el ingeniero Pérez. El lote es propiedad de Construcciones Natiba S.A.S.

 Antes de iniciar la obra este era el guadual que servía como botadero de basura
y de escondite de indigentes. En la limpieza del lugar se hallaron, incluso,
 elementos de construcción robados, dicen los constructores.
En la obra trabajan en la actualidad 20 obreros y se espera que este mismo año inicie la construcción de la segunda torre. Incluso, según Pérez, se ha pensado muy bien en la quebrada La Arenosa, que pasa por la parte de atrás de la construcción, para evitarle contaminación, y con ese fin se ha contactado varias veces a Aguas y Aguas para que revisara el colector, debido a que en algunas oportunidades contamina la quebrada. Por supuesto, no se harán vertimientos en sus aguas, dice Pérez.

El ingeniero añade que allí mismo el municipio piensa construir una vía que comunique Pinares con Los Alpes y, de seguro, implicará el daño de alguna parte del guadual que resta, “pero son los pagos que se deben hacer para mejorar el espacio urbano”.

Mientras tanto, la sala de ventas sigue allí y no faltan los visitantes que llegan a preguntar por los apartamentos ofrecidos.




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