Muchos
conocen sus dibujos incontables. Las personas han soltado una carcajada con las
frases puntiagudas, todos lo conocen como “Matador”, pero pocos conocen a Julio
César Gonzélez Quiceno, el hombre detrás del “mamarracho” como se refiere él a
sus caricaturas.
González
Quiceno de niño, como la mayoría, odiaba ir al colegio pero sin saberlo el
claustro estudiantil le daría a conocer las herramientas para lo que hoy en día
es su sustento económico, pues fue en la escuela donde sus primeros trazos
tenían como víctimas a sus docentes y hacían explotar carcajadas entre los
pupitres.
Julio
César ingresó a la Universidad Católica de Manizales, donde inició sus estudios
en publicidad, pero en esta ciudad y separado de la mirada de sus padres, los
estragos de las fiestas y las locuras de juventud hicieron que tuviera que
retornar a Pereira cuatro semestres después. Ya en la ciudad que lo vio nacer
efectuó estudios en Diseño y Publicidad en la
Fundación Universitaria del Área Andina, entidad de donde obtuvo su título
profesional.
“Las caricaturas fueron siempre un hobby y la publicidad un
sustento, pero por cosas de la vida pasó la caricatura a ser mi profesión y la
publicidad, ni siquiera la ejerzo, vivir del muñeco siempre fue un sueño y a
veces los sueños se hacen realidad”, dice César González.
Matador es uno de los humoristas gráficos más reconocidos del país gracias al sarcasmo e ironía en sus caricaturas. |
Su nombre como humorista gráfico se debe a una famosa canción
de la agrupación argentina Fabulosos Cadillacs, pero en Colombia es sinónimo de
sonrisas y sarcasmo.
Aunque en un comienzo no todo fue color de rosa, pues sus
primeras caricaturas no eran pagadas por los medios locales donde eran
publicadas. “Hay que tener fe de carbonero en este oficio para salir adelante,
aquellos tiempo no eran fáciles pero me servían para darme a conocer y
realmente no eran tan buenas mis caricaturas en aquella época”, afirma Matador.
Su inspiración nace de los temas cotidianos de la realidad
colombiana, aunque siempre vive informado de diferentes temas, razón por la
cual todos los días al iniciar su trabajo revisa diferentes periódicos
nacionales como internacionales, como también blogs y diferentes tipos de
portales web.
Las caricaturas y el
poder
Muchos recuerdan a Matador por sus caricaturas del
expresidente Álvaro Uribe, donde dejaba ver las falencias de su mandato, pero
este humorista gráfico con una sonrisa en el rostro dice: “nunca fue nada
personal, independientemente del muñeco que esté en el poder uno no ataca a la
persona sino a lo que ésta representa, aunque hay que reconocer que había más
material con Uribe que con Santos, ya que Uribe tenía un estilo de gobernar
como de capataz de finca y en sí toda la personalidad de Álvaro Uribe es
caricaturesca”.
"El caricaturista no puede tomar partido en ninguna
ocasión o se convierte sectario y eso es lo que pasa con los caricaturistas de
izquierda, quienes tienen un panorama muy difícil siempre trabajando con los
mismos clichés que no generan humor”.
Otros medios
Este caricaturista ha llegado a tener tanto éxito que sus
dibujos han sido publicados en medios como Soho, El Tiempo, Semana, Cromos, Don
Juan y la desaparecida revista Cambio, entre otros medios.
Una buena caricatura
Para Matador “una buena caricatura debe tener humor, poder de
síntesis, que atrape al lector, pero este tipo de cosas solo se logran y se
pulen con el tiempo y la práctica”.
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