domingo, 21 de septiembre de 2014

Opinión: ¿Cinismo, incapacidad o ignorancia?

Por: Camilo Alzate González
Cultura general: un proyecto de interconexión eléctrica de la Empresa de Energía de Bogotá pasará encima de Santa Rosa, Dosquebradas, Pereira, La Tebaida y Filandia, afectando comunidades campesinas y áreas naturales, incluyendo el distrito de conservación de suelos Barbas-Bremen.

Ya habían comenzado la construcción de las torres con una subestación, ya existían polémicos permisos de autoridades ambientales locales y nacionales, ya se habían realizado múltiples sesiones del Concejo Municipal al respecto, quién sabe cuántos plantones, marchas, reuniones, actos simbólicos, protestas, intervenciones públicas, noticias en medios regionales y nacionales, columnas periodísticas, pronunciamientos. Todo por lo menos desde tres años atrás.

Cuando ya había pasado todo eso, el Alcalde de Pereira asistió a un foro con ambientalistas opuestos al proyecto y representantes de la Empresa. Palabras más, palabras menos, dijo que no estaba enterado de nada, que llegaba a informarse del tema.

Se podrá discurrir bastante sobre las consecuencias negativas del proyecto aquel. Hoy el tema es la ignorancia confesa del señor Vásquez, que trasciende ésta anécdota y otras. Veamos. El Alcalde firmó pero “nunca leyó” un documento violando la ley pues obligó funcionarios a participar de actos confesionales. El Alcalde “no tenía conocimiento” que subalternos suyos ejercían con diplomas falsos. El Alcalde no dimensionó que la Calle de la Fundación costaría el doble de lo previsto en plata y en tiempo. El Alcalde no sabe o no sabía o no quería saber que en Puerto Caldas nos falta el alcantarillado. El Alcalde, a lo mejor, no sabe que es Alcalde, o no conoce sus funciones. O a lo mejor sí, y está jugando perfectamente su rol, ese de monigote decorativo.

El desconocimiento como coartada para escurrirse las responsabilidades es plato común de gobernantes y oficinas públicas que por norma nunca se enteran de nada. Hoy la ignorancia de Enrique Vásquez -real o fingida- revela asuntos de otra naturaleza: las decisiones se toman en otra parte, la política cada vez más es cuestión de trámites simbólicos, porque el verdadero poder se mueve en esferas distintas.

Resulta irrelevante si la Alcaldía conocía o no el proyecto que afectará al Barbas-Bremen. Irrelevante, porque el Concejo Municipal sí lo conoce bien, al igual que la Gobernación del Quindío, ambos pronunciándose en contra. A pesar de ello el proyecto va, sin que la opinión de políticos locales o ciudadanos valga cuando está en juego el interés de los contratistas, los grandes grupos económicos, las multinacionales. ¡El poder! ¿Para qué?, como dijo algún mediocre famoso.


Quizá lo de Enrique Vásquez es puro cinismo. O a lo mejor hay ignorancia sincera. Puede que sea incapacidad. O tal vez más lo primero que lo segundo. Quizá sólo lo tercero. O viceversa. 

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