viernes, 19 de septiembre de 2014

Civismo: Madres ni ancianos tienen prioridad

La falta de cultura ciudadana parece extenderse a diferentes 
campos de la vida cotidiana. Ver a madres gestantes o a adultos mayores 
de pie, ya es un paisaje cotidiano al que muchos se han acostumbrado.

Cada día son más los adultos mayores, mujeres embarazadas y discapacitados, que tienen que ir de pie de un lado a otro en vehículos de transporte urbano, e incluso que se ven obligados a enfrentar a largas filas en supermercados y bancos. Aunque su estado exige atención prioritaria, algunas empresas parecen no estar preparadas.

Las sillas azules son símbolo de prioridad en el transporte urbano de cualquier parte del país, sin embargo en Pereira a más de uno suele olvidársele que estas son para el uso de madres gestantes, ancianos, personas discapacitadas o con niños en brazos.

“Tengo una nieta de dos años y a veces tengo que salir con ella y usar bus, allí comienza la pesadilla porque la niña no sabe agarrarse sola y nadie le da a uno el puesto, me toca cargarla y con la otra mano hacer fuerza por las dos”, manifiesta Roselia Hernández.

Este panorama es común verlo a diario y en  diferentes todas horas. La falta de cultura ciudadana por parte de algunos pereiranos ha generado que la actitud se torne cotidiana y que cada vez sean más las personas con necesidades especiales viajando de extremo a extremo de la ciudad, de pie y exponiéndose a una caída.

“Nunca olvidaré que en el último control prenatal que tuve me manifestaron que ya estaba dilatando y que ese mismo día tendría a mi bebé. Tuve que regresar a casa por todas mis cosas y tuve que hacerlo en Megabús, a pesar de mi estado, nadie quiso darme el puesto, fue horrible”, narra Dania Yulieth Aguirre.  

VECINOS le hizo seguimiento a una mujer embarazada en un supermercado de cadena pereirano   al momento de comprar un kilo de carne. Ella estuvo esperando 35 minutos después de que esta tomara el turno para ser atendida; ninguno de los encargados le dio prioridad y mucho menos alguno de los usuarios le facilitó el puesto.

 “En muchos bancos o supermercados no hay cajas que tengan señalización de prioridad, por tal motivo las mujeres embarazadas nos vemos obligadas hacer las filas como cualquier otra persona, si el cajero no nos anuncia que podemos pasar primero, no lo hacemos, porque la demás gente se puede molestar”, indica Paula Ramos, madre gestante pereirana.

Todo lo opuesto ocurre en clínicas y hospitales, donde mejor ejemplo de prioridad en la atención a la población vulnerable no se puede dar en cada una de sus áreas. Hacen falta campañas de concientización y hacer cumplir las normas que existen al respecto, la cuales son de obligatorio cumplimiento.

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