viernes, 18 de julio de 2014

Periodismo / Transparencia: Vida de aventuras

Hace seis años que este periodista regresó al país
donde intenta dejar un legado, y en sus tiempos libres, 
además de escribir, lee y disfruta hablar por teléfono.

William Restrepo Cortés, el periodista pereirano que compartió con Elvis Presley, hizo parte del primer noticiero en español de Estados Unidos, cubrió la guerra de Vietnam, se salvó de la muerte y quien vive para compartir su historia de vida con la sociedad.

Nacido en una finca del corregimiento de Tribunas, el 19 de marzo de 1943, a temprana edad William Restrepo descubrió su pasión por el periodismo y en 44 años de residencia en Estados Unidos, logró convertirse en el Quijote de su propia historia y en el orgullo de la Perla del Otún.

“Yo nací en una finca aquí en Tribunas, en un piso de tierra como eran las fincas viejas, pobres, y mi padre que era taxista y mi madre ama de casa, nos vinimos para Pereira, y vivimos casi todo el tiempo entre la 16 y 19 entre 4a. y 6a. el área donde vivimos hasta que yo me fui”.

Mientras toma agua de una botella, William Restrepo, el periodista de más trayectoria de Colombia, recuerda El Bogotazo como el hecho que no solo marcó su infancia, sino también le dio una dimensión histórica sobre lo que ocurrió para la fecha en el país.

“En mi infancia lo que más me marcó fue 1948, yo tenía 5 años y estaba en la esquina de mi casa en la 19 con 4a. cuando ocurrió El Bogotazo, cuando mataron a Gaitán; en la esquina había una tienda y yo estaba solo parado, todavía no he podido recordar haciendo qué, pero sí recuerdo cuando bajaron por la calle disparándole a todo el mundo; alguien me metió a la tienda, la cual cerraron, eso fue como a las dos de la tarde y ahí estuve encerrado como hasta las cuatro de la mañana y mi padre y mi madre buscándome por todas partes; eso me dio una dimensión histórica que después aprendí muy bien, me dediqué a estudiar qué fue lo que pasó en 1948, cómo desembocaron en la guerra de conservadores contra liberales”.

William, quien fue el consentido de la casa junto a su hermano, describe su niñez como una etapa bonita en la cual no le faltó nada a pesar de la pobreza. “Mi niñez fue muy bonita, muy buena, no hubo escasez de nada, ni de afecto, ni de cariño, ni materialmente faltó nada, aunque éramos una familia muy pobre pero vivíamos como los ricos de ese tiempo, pues teníamos las tres comidas del día; mi padre fue un gran aficionado al fútbol, yo también, cuando eso jugábamos en el Libaré y mi padre nos llamaba para que nos fuéramos para el estadio, pero cuando cometíamos fechorías en la semana, nos castigaban -entre comillas- con la cancelación del fútbol”.

Adolescencia
En bachillerato William no solo encontró su pasión por la radio, también a la primera dama que robó su corazón, aquella que por un olvido terminó plantando en el altar.


“Cuando estaba en quinto bachillerato me metí a trabajar en La Voz del Pueblo de la cadena Todelar. Fui a Bogotá a sacar la licencia de locutor, y entraba a las 5 de la mañana y salía a las ocho menos cuarto corriendo para el colegio Deogracias Cardona, y siempre llegaba tarde a la primera hora, salía a las 12 y corría de nuevo a la emisora porque leía el noticiero de las 12 y 30 y me iba a la casa almorzar y un cuarto para las dos para el colegio hasta las 4 y 30 y entraba a las 5 a hacer turno a la emisora hasta las 9 de la noche. Esa fue la radio”.

En su trayectoria logró estar al lado de grandes personajes.
 Entre ellos, Elvis Presley, a quien pudo acompañar 
por la ciudad para ayudar a los más necesitados.


Posteriormente y aun estudiando, William trabajó en la emisora independiente La Voz Amiga y antes de pasar a sexto bachillerato conoció a su primer amor, una basquetbolista que robó su corazón en medio de la disputa de los intercolegiados en los que Restrepo era árbitro; se trataba de una dama de sociedad cuyos padres no aceptaban la relación y buscando un amor por siempre, el locutor propuso por primera vez matrimonio.

“Establecimos una relación y el papá y la mamá de ella se opusieron, y un día decidimos casarnos y quedamos de encontrarnos un sábado en Cartago, y a mí se me olvidó, yo me quedé dormido y no fui. Desde luego, no me volvió a hablar, con todo el derecho, y siete meses después se casó y a raíz de mi despecho, escribí un manuscrito y a través del capellán del colegio, Fabio Rivera, me conecto con el escritor caldense Silvio Villegas quien escribió el prólogo, yo ya tenía prácticamente un libro corregido, pero no me animaba a publicarlo porque no era mi aspiración”.

Restrepo viaja a Medellín a estudiar y dos años después regresa a Pereira donde sus padres le anuncian que no apoyan su carrera como periodista. “Mi padre como era taxista cargaba mucho a los periodistas borrachos, aquí anteriormente los periodistas eran unos borrachos todos, y él me decía: ‘mire, si a mí me toca cargarlos y ni siquiera pagan la carrera, me toca subirlos tres, cuatro pisos, borrachos que no se pueden parar y ni siquiera pagan, cómo va a ser usted periodista’. Entonces me voy para Estados Unidos”.

En New York Restrepo trabajó en una fábrica de cueros donde medía pieles de culebra, consiguió otro amor en un viaje de tren y logró hacerse a un espacio en una emisora donde sufrió un accidente que lo dejó inmóvil totalmente de la mitad del cuerpo hacia abajo mientras cargaba varias cajas de cartón.

“Me fracturé la columna y estuve un año hospitalizado sin poder caminar y rogando al médico que me operara, finalmente logré la cirugía el 24 de diciembre y tres meses después volví a caminar; este tiempo fue decisivo en mi vida, perdí a mi novia, aprendí el idioma y desde allí transmitía para Todelar Colombia la muerte de John F. Kennedy, lo hacía por teléfono, mantenía un radio todo el tiempo”.

Regreso a Colombia
Tras su recuperación, William regresa a Colombia donde conoce a su primera esposa, madre de sus cuatro hijos y con quien convivió 17 años, la cual tuvo que perseguir por la geografía colombiana, antes de llevarla al altar.

“Vinieron unas tías de ella que eran monjas y se la llevaron al verla encaprichada y me fui a perseguirlas por Manizales, no las alcancé; seguí a Bogotá donde no me dejaron verla; las seguí a Sogamoso con un amigo médico y de allí las seguí hasta Yopal en el carro de un magistrado de la Corte Suprema, amigo de mi amigo, y con un tío mío. Finalmente llegamos a Tauramena, allí nos dejaron casarnos y el cura resultó ser uno de la cuadrilla de Camilo Torres del ELN”.

Restrepo ya estaba comprometido con una mujer americana cuando se casó en Colombia, a quien finalmente debió contar la verdad y de nuevo regresa al exterior de la mano de su primera esposa donde nacieron sus cuatro hijos. En medio de la desocupación absoluta conoció al editor de una gran editorial que empezaba a abrir mercado hispanoamericano y después de charlar, el empresario compró por valor de mil dólares el manuscrito que años atrás había escrito Restrepo.

“Yo le dije: yo tengo mi primer libro y me dijo tráigalo y pero para que vea que soy de buena fe se lo voy a comprar ya como está y ese puede ser nuestro primer libro que vamos a lanzar y le voy a dar este cheque por mil dólares, me preguntó que más le ofrecía y le dije que unos libritos pequeños de instrucciones de cómo vivir en Estados Unidos y me aceptó. Al llegarlo a buscar a casa descubrí que me esposa lo había quemado, su argumento ‘porque en esta casa no se debe hablar sino de una sola mujer que soy yo’, y esa misma noche le dije al editor”.

Posteriormente y después de crear su propio periódico en español -“El Espacio”-, vino para este personaje la televisión. Años después de incluso haberse enfrentado a la muerte debido a una investigación sobre corrupción policial, Restrepo participa del montaje del primer noticiero en español de Estados Unidos.

William se casa una segunda vez en Venezuela, relación que dura 11 años y posteriormente se casa con una caleña en Miami. “En ese matrimonio hubo algo muy simpático, en un edificio me divorcié y en el del frente me casé, duré soltero cerca de 14 minutos, la soltería más corta de la historia, con ella llevo 16 años”.

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