La entrega de material electoral, en forma de pequeñas tarjetas con información de los diferentes candidatos, se convirtió en algo natural. |
La propaganda política estuvo fuera de control en la jornada electoral de ayer, como si el tamaño del volante significara menor violación a la prohibición establecida por el artículo 10 de la Ley 163 de 1994, la entrega de volantes de tamaño reducido proliferó en toda la ciudad. El proselitismo político realizado por grupos identificados con camisetas de colores básicos, ubicados en los alrededores de los puntos de votación, estuvieron presentes en todos los lugares de Pereira visitados por el periódico VECINOS.
Decomiso de material por parte de agentes de la Policía Nacional. |
Aunque las autoridades policiales en la zona se encargaron de intentar controlar la situación en un radio de 100 metros, la restricción debía estar regulada en toda la ciudad. Algunos de los encargados de repartir la propaganda pecaban por desconocimiento, llegando incluso a entregarle volantes a los periodistas, otros, conscientes de lo que hacían llevaban pocos volantes empuñados y los entregaban de manera disimulada, incluso dentro del rango de 100 metros a lado de los policíales. Como caso excepcional, los policías en el Parque de Cuba retuvieron propaganda política de casi todos los candidatos locales, la cual era entregada por diferentes personas.
Otro caso irregular registrado, se refiere a la ubicación de las vallas políticas en toda la ciudad que, según decreto de la alcaldía publicado un día antes de las elecciones. Fue normal ver a personas identificadas como testigos electorales aprovechándose de su investidura para entregar propaganda incluso dentro de los lugares de votación.
Por último, es destacable la acción de la policía en la colaboración a adultos mayores y discapacitados en los puntos de votación y el fluido funcionamiento de la llamada Ruta de la Democracia.
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