lunes, 10 de marzo de 2014

Elecciones / Análisis: un blanco protagonista

Ya con resultados del 96.01% al momento de escribir esta nota, se pueden hacer algunos balances preliminares. En todos ellos, el voto en blanco ganó terreno en Risaralda. Abstención, la suprema vencedora.

 
Los votos en blanco y los votos nulos sumaron una proporción destacada del total de la cauda electoral de ayer, con una abstención aproximada del 55 por ciento.
Aunque en Risaralda todo parece igual en cuanto a congresistas, salvo la “quemada” de los representantes conservadores César Franco y Diego Naranjo, y la llegada de los también conservadores Mauricio Salazar y Juan Carlos Rivera, algo sí parece nuevo: el descreimiento en la clase política local.
Todo esto se constata en tres hechos: la abstención del 55.5%, el recambio de algunos de ellos y la evidente superioridad del voto en blanco.
Mírese en detalle los resultados parciales hasta la noche de ayer: el Voto en Blanco está por encima de todos los candidatos a la Cámara en Risaralda, con 22.309 votos, le sigue Diego Patiño con 21.593. Esto con el 96.01% escrutado. La supremacía blanca también es evidente en los votos por el Parlamento Andino, pues sumaban 58,6%.

En cuanto al Senado, Carlos Enrique Soto obtiene 29.539 votos; el Voto en Blanco, 22.479, y Samy Merheg, 21.825.  Se puede decir que el segundo senador de Risaralda fue el voto en blanco.

Es evidente inconformidad con la clase política local, que en opinión de analistas como Carlos Victoria afianza su poder recurriendo a la tradicional maquinaria y a la alta inversión en las campañas, algo que es imposible para muchos candidatos de posibles mejores calidades.
 
El remezón entre los representantes a la Cámara del Partido Conservador fue una de las notas vistas de ayer, aunque con pocos aires de cambio. Salieron dos conservadores e ingresaron dos más de esa colectividad.
Legión extranjera
Esta explicación se refuerza al analizar la lista al Senado, que es nacional, y donde candidatos de otras regiones vinieron a Risaralda a buscar votos. De manera preliminar, los candidatos tienen los siguientes votos, los cuales por supuesto incrementarán en el transcurso del día al tener los escrutinios completos:  
Jorge Enrique Robledo obtiene 4.250 (Tolima, Polo Democrático); Adriana Franco, 4.194 (Caldas, Partido Liberal), y Luis Emilio Sierra, 3.531 (Partido Conservador). 11.975 votos parciales tienen estos tres  senadores foráneos, lo cual amerita reflexionar sobre sus causas. Una primera es la división entre los congresistas risaraldenses y, la segunda, el tibio respaldo que tienen los candidatos locales.
La pobre figuración en los grandes debates que mueven al país, la gestión interesada y el escaso peso nacional que tiene cada uno de los risaraldenses (o que representan a Risaralda) son tres puntos que llevan a fomentar la rapiña de votos por parte de otros políticos provenientes de departamentos aledaños.

Votos nulos
Por último, la cantidad de votos nulos, originados en la falta de pedagogía electoral, además de los complejos tarjetones que, como afirmó una profesional a la salida de un puesto de votación, “son muy difíciles de entender para cualquiera, mucho más para personas con escasa formación o con ciertas condiciones especiales”.
Tan solo para la Cámara, anoche se contabilizaban 48.025 votos nulos. El tarjetón, desproporcionado y anticuado, era de por sí una invitación para el fracaso al momento de escoger candidato preferido.

Los congresistas elegidos
Senado: Carlos Enrique Soto (Partido de la U) y Samy Merheg (Partido Conservador).
Cámara de Representantes: Mauricio Salazar y Juan Carlos Rivera (Partido Conservador), Diego Patiño (Partido Liberal) y Didier Burgos (Partido de la U).

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