Para untarse de tierra
La huerta
agroecológica es un cultivo especializado que busca darle soberanía alimentaria
a quienes la cultivan. Es una siembra que permite la germinación de productos
alimenticios de manera sana y ecológica.
Juan Sebastián Barrera Montealegre es
el coordinador de la huerta agroecológica, proyecto del Instituto de
Investigaciones Ambientales de la Universidad Tecnológica de Pereira, apoyado
por la Carder y la Red Alma Mater, que funciona como aula viva donde se enseña
a estudiantes, administrativos y a la comunidad en general a cultivar su propio
alimento.
En 2011 surgió
la idea de realizar una huerta en algún espacio que la universidad les
concediera, junto con otro compañero suyo, Elmer Mejía Obando, quien murió
recientemente, pero sigue vivo con este proyecto.
Cuenta Juan Sebastián
que cuando empezaron a tocar puertas para iniciar la huerta fue muy difícil
conseguir un terreno, porque en la oficina de Planeación ya tenían todo
previsto para construir proyectos del crecimiento de la universidad. “Entonces
nos dijeron que este espacio lo podíamos usar por tres o cuatro años mientras
se construía una unidad deportiva, junto con una glorieta y la expansión de la
vía”.
“La huerta la manejan por lo general
estudiantes. Cuando hay talleres, se siembran semillas y si la gente trae la
semilla ya sembrada en un material reciclable, aquí le damos alguna utilidad
buscando siempre multiplicar la semilla”. Nació así el mercado agroecológico.
Según Juan Sebastián,
el mercado, antes que producir dinero o que se comercialice, busca crear
conciencia en la comunidad para formar consumidores responsables.
Otro de los
objetivos es trabajar por la recuperación de 10 especies nativas alimenticias
del continente americano. Con la huerta se empezaron a multiplicar las
semillas, así que en los mercados agroecológicos siempre se pone un stand de la
casa de semillas que es un proceso que abarca el tema del cultivo, del mercado
y de la Red de Custodios de Semillas de Risaralda que busca conservar las
especies agroalimentarias criollas y nativas.
Por la huerta
han pasado más de tres mil personas entre estudiantes, docentes, administrativos
y comunidad en general. Los viernes se realizan sesiones de trabajo, cuya
invitación se hace a través de Facebook.
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