miércoles, 4 de septiembre de 2013

Especial / Vivencias

Una rumba ochentera

Una bola de discoteca destella múltiples reflejos sobre la pista donde centenares de personas se mueven frenéticas al ritmo de Saturday Night Fever: la fiebre del sábado en la noche se toma Tony Best. Corren los primeros años de la década de los 80.


Famosa por sus sorprendentes instalaciónes y variedad en licores nacionales e internacionales, Tony Best abre sus puertas para recibir no solo a lo mejor de la juventud pereirana, sino también a turistas de ciudades cercanas como Manizales y Armenia.

Al ritmo de How Deep Is Your Love y seducidos por el suave sabor del coñac, los visitantes de esta famosa discoteca se dejan envolver en un ambiente mágico donde nacen nuevos amores y nuevas amistades. En medio, la pista y las coreografías son las protagonistas y las sonrisas resplandecen aún más que las luces del lugar.

Tony Best, la discoteca de moda del momento, se constituye en el punto de encuentro más  famoso de toda la región cafetera y el inicio de la zona rosa del sector de la Circunvalar, donde la élite vive y siente la música como factor de entretenimiento cada fin de semana.

En plenos años 80, mientras unos disfrutan al calor del güisqui, ginebra, vodka, aguardiente y ron al interior Tony Best, otros llegan hasta el Monumento a Los Fundadores y después de comprar en La Rana René un buen licor, le suben el volumen a la música que suena en el equipo de sus carros y bajo la luna llena viven una increíble noche de  fiesta.

“Para la época la juventud pereirana llegaba hasta un establecimiento público que se llamaba La Rana René y allí después de comprar aguardiente o ron, se iban al frente donde está la escultura de Rodrigo Arenas y en medio de la plazoleta se iban consiguiendo nuevos amigos; este punto de reunión le dio mucha vida social a toda la zona del Circunvalar”, relata el investigador y docente pereirano Jaime Ochoa, al recordar sus años mozos.

Sin embargo, cuando La Rana René estaba en la cúspide de la fama, llega la época de la violencia a la querendona, trasnochadora y morena a raíz del narcotráfico y la sangre que corre en la ciudad mancha el nombre de este establecimiento.

“La Rana tuvo un momento de desprestigio porque allí hubo varios asesinatos y a la gente empezó a darle miedo ir, este sitio vulgarmente empezó a perder fama y a ser llamado ‘La Bala René’”, narra el historiador.

Esta situación, sumada a la decisión del alcalde de la época que prohibió ingerir alcohol en las calles, poco a poco hicieron desaparecer este importante punto de celebración en la Circunvalar, sin embargo los recuerdos de las tertulias allí se formaban sigue más vivas que nunca en la mente de más de un pereirano.


Después de tener sus puertas abiertas por más de 10 años, Tony Best y La Rana René desaparecen para darle espacio a nuevas generaciones. Hoy la Circunvalar, zona rosa de la capital risaraldense, cuenta con más de 80 establecimientos públicos. 

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