Una rumba ochentera
Una bola de discoteca
destella múltiples reflejos sobre la pista donde centenares de personas se
mueven frenéticas al ritmo de Saturday Night Fever: la fiebre del sábado en la
noche se toma Tony Best. Corren los primeros años de la década de los 80.
Famosa por
sus sorprendentes instalaciónes y variedad en licores nacionales e
internacionales, Tony Best abre sus puertas para recibir no solo a lo mejor de
la juventud pereirana, sino también a turistas de ciudades cercanas como
Manizales y Armenia.
Al ritmo de
How Deep Is Your Love y seducidos por el suave sabor del coñac, los visitantes
de esta famosa discoteca se dejan envolver en un ambiente mágico donde nacen
nuevos amores y nuevas amistades. En medio, la pista y las coreografías son las
protagonistas y las sonrisas resplandecen aún más que las luces del lugar.
Tony Best, la
discoteca de moda del momento, se constituye en el punto de encuentro más famoso de toda la región cafetera y el inicio
de la zona rosa del sector de la Circunvalar, donde la élite vive y siente la
música como factor de entretenimiento cada fin de semana.
En plenos
años 80, mientras unos disfrutan al calor del güisqui, ginebra, vodka,
aguardiente y ron al interior Tony Best, otros llegan hasta el Monumento a Los Fundadores
y después de comprar en La Rana René un buen licor, le suben el volumen a la
música que suena en el equipo de sus carros y bajo la luna llena viven una
increíble noche de fiesta.
“Para la
época la juventud pereirana llegaba hasta un establecimiento público que se
llamaba La Rana René y allí después de comprar aguardiente o ron, se iban al
frente donde está la escultura de Rodrigo Arenas y en medio de la plazoleta se
iban consiguiendo nuevos amigos; este punto de reunión le dio mucha vida social
a toda la zona del Circunvalar”, relata el investigador y docente pereirano Jaime
Ochoa, al recordar sus años mozos.
Sin embargo,
cuando La Rana René estaba en la cúspide de la fama, llega la época de la
violencia a la querendona, trasnochadora y morena a raíz del narcotráfico y la
sangre que corre en la ciudad mancha el nombre de este establecimiento.
“La Rana
tuvo un momento de desprestigio porque allí hubo varios asesinatos y a la gente
empezó a darle miedo ir, este sitio vulgarmente empezó a perder fama y a ser
llamado ‘La Bala René’”, narra el historiador.
Esta
situación, sumada a la decisión del alcalde de la época que prohibió ingerir
alcohol en las calles, poco a poco hicieron desaparecer este importante punto
de celebración en la Circunvalar, sin embargo los recuerdos de las tertulias
allí se formaban sigue más vivas que nunca en la mente de más de un pereirano.
Después de
tener sus puertas abiertas por más de 10 años, Tony Best y La Rana René desaparecen
para darle espacio a nuevas generaciones. Hoy la Circunvalar, zona rosa de la
capital risaraldense, cuenta con más de 80 establecimientos públicos.
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