jueves, 4 de abril de 2013

Acuerdo para control del ruido

Byron Cortés y su familia, residentes en la calle 7, junto a la avenida Circunvalar, saben que es imposible dormir con tranquilidad de jueves a sábado. Se quejó por el intenso ruido que según él sale de los locales aledaños, además manifestó que la música continúa luego de la hora de cierre, pues se desplazan hacia lo que él calificó como bodega ubicada en el sótano de la edificación.

Con la firma de cinco de los asistentes y la espera de que otros más se sumen al acuerdo pactado, terminó una reunión para el control del ruido en la Circunvalar.

El espacio escogido para exponer su inconformidad fue un encuentro entre socios de Asobares con representantes de la comunidad y del gobierno municipal. Allí no faltaron otras recriminaciones de parte y parte, incluidas las de las autoridades, pero el ambiente general era de cooperar para llegar a un arreglo que beneficiara a todos.

Objetivo que se cumplió de manera parcial con la firma de un documento conciliatorio donde se determinaron unas exigencias precisas para los dueños de establecimientos públicos ubicados en el sector, el cual empezará a regir a partir de la fecha y que tendrá un tiempo prudencial para su implementación.

Juan Carlos Valencia, secretario de Gobierno, enumeró varias irregularidades, tales como lo que denominó “usurpación de espacio público”, además de  la presencia de menores en el sector de Monos, lo cual demanda más control. También se refirió al incumplimiento, por parte de algunos, del Acuerdo 078, que regula el uso de los antejardines y que exige el pago de un impuesto por uso de ese espacio. “Solo 10 o 11 lo hacen”, dijo Valencia.

La secretaría de Gobierno expidió en la ciudad 125 cartas dirigidas a empresarios que usan de manera irregular los antejardines, los cuales solo pueden construirse con estructuras livianas. “Insonorizar no es obligatorio, pero sí es obligatorio el control de ruido, de manera que no afecte a los vecinos”, remató el funcionario.  “Nuestros derechos terminan donde empiezan los derechos ajenos”, dijo la representante de la Personería municipal, quien estuvo de acuerdo con Valencia.

Más quejas

César Bolaños, subsecretario de seguridad, afirmó que en la actualidad hay 12 procesos contra igual número de establecimientos debido a que no se cumple con la insonorización.

Juan Carlos Valencia, secretario de Gobierno,
 se lamentó por el nivel de ruido que tiene el sector. 
Incluso, afirmó Bolaño, no se cumple con la ley de espectáculos públicos. Aseguró que los eventos privados o conciertos deben llenar las exigencias de la secretaría de Gobierno y eso no se está cumpliendo.
Reiteró que en más de un local se han encontrado menores y por ello se han iniciado procesos que han terminado con el cierre de locales en el pasado.

Leonor Mary Marmolejo, presidente de la Veeduría ciudadana, aseguró que los residentes estaban primero, mucho antes de que se abrieran los locales, por ello mismo tienen prioridad –“los primeros fuimos los primeros”, dijo–; aunque matizó que en la reunión lo que se pretendía era armonizar los intereses de un sector con amplio reconocimiento turístico con los intereses de la comunidad residente. “No nos consideren su contraparte”, dijo.

María Camila Rodríguez, directora ejecutiva de Asobares, rescató el énfasis conciliatorio de la reunión y llamó la atención sobre la necesidad de “regular a los futuros establecimientos que pretendan abrirse en el sector, pues sería beneficioso para evitar contratiempos por el incumplimiento de las normas”. Rodríguez fue una de las convocantes de la reunión y también coordinó el encuentro.

Expertos en control de ruido

Por su parte Julio César Gómez, subdirector de la Carder, expuso que 90 por ciento de los locales incumplen con el límite nocturno al ruido.  El nivel máximo de ruido para la zona es de 55 decibeles, agregó Alejandro Ríos, ingeniero ambiental de la secretaría de Gobierno, encargado también de explicar la normatividad a los presentes.

Los dueños de los bares de la zona estuvieron atentos a los puntos del acuerdo

Gómez enfatizó que el uso mixto del sector de la Circunvalar, previsto en la reforma del Plan de Ordenamiento Territorial, restringe el ruido porque los residentes tienen prioridad en la protección de sus derechos. Incluso, manifestó que “no deberíamos estar aquí”, al aludir a que la normatividad es clara al respecto.

Ríos, por su parte, explicó las normas que rigen el control del ruido, tales como la resolución 8321, la ley 232 de 1995 y el decreto 0627. El ingeniero acompañará el proceso de insonorización y control de ruido por partes de los presentes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario