viernes, 19 de diciembre de 2014

Opinión / En buena hora. Por: Gloria Inés Escobar Toro


En buena hora un grupo de escépticos, librepensadores, agnósticos y ateos de la ciudad, tomó la iniciativa en el mes de mayo del presente año, de formar una asociación de ateos. Y reitero que en buena hora, ya que a pesar de vivir bajo un “Estado laico”, la presencia y fuerza de la religión, católica principalmente, en los asuntos públicos, es verdaderamente avasalladora.
Y lo es porque se quiere desconocer que las creencias religiosas de las personas, aun de los funcionarios públicos, son asuntos privados y por tanto la esfera para difundirlas y practicarlas debe quedarse también en espacios privados y no promoverlas y menos imponerlas, en los públicos.
De esta suerte, resulta que en un país “laico” como el nuestro, las tres ramas del poder público: legislativa, judicial y ejecutiva, estén bajo la tutela del poder católico. Ya lo dijo  recientemente el procurador Ordóñez, al justificar la aprobación de una ley que creó un día festivo en honor a la religiosa Laura Montoya, “la esencia del país es afín al cristianismo”.
De igual modo la primera autoridad de la ciudad, Enrique Vásquez, ha tratado de imponer sus creencias religiosas en varias ocasiones, una de ellas cuando en la semana llamada santa para los católicos, quiso obligar a sus funcionarios a asistir a las procesiones; y más recientemente, al divulgar mensajes religiosos que representan sus creencias religiosas disfrazados de cuñas radiales navideñas en la emisora de la alcaldía, Pereira al aire, emisora que, no olvidemos, funciona con recursos públicos. Una de dichas cuñas dura dos minutos y 20 segundos y no es más que una oración; y otra en la que con su propia voz expresa su anhelo de que el nacimiento del niño Jesús simbolice la esperanza y la recuperación de valores para que entre todos construyamos una Pereira mejor”.
Bien, ante esta pequeña muestra de violación a lo mandado en la Constitución, que imagino se replica en muchas otras ciudades porque reciben el ejemplo y el aval del primer mandatario, quien también promueve sus creencias a través de la autoridad que lo inviste, asistir al desafío de fomentar el libre pensamiento, contribuir a la divulgación de la ciencia, luchar por el derecho a una educación laica, racional, reflexiva y crítica, separada de cualquier dogma “sagrado, revelado e incuestionable” y abogar por la real separación del Estado y la iglesia, son propósitos de la mencionada Asociación de Ateos de Pereira, vivifica.
Los ciudadanos de un estado laico tenemos el derecho de exigir unas entidades y unos servidores públicos limpios de manipulaciones religiosas y ajenos a sermones propios de un Estado confesional.


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