Por: Red Nacional de Mujeres, Nodo Risaralda
A un poco más de un siglo después, del 8 de Marzo
de 1908 que cuarenta mil costureras
industriales marcharon en demanda de una
jornada de 10 horas de trabajo, por mejores salarios, por el derecho a
entrenamiento vocacional y en rechazo al trabajo infantil, cuando 129 trabajadoras que habían encerrado para que no se unieran a
la huelga, mueren quemadas en un
incendio dentro de esta fábrica en
Nueva York. Y, cuando en Copenhague,
Dinamarca en un Congreso de trabajadoras Socialistas en 1910 donde asistieron
más de 100 representantes de 17 países, Clara Zetkin propone establecer
el 8 de marzo como Día
Internacional de la Mujer en conmemoración de los hechos antes mencionadas.
Desde ese entonces, El Movimiento Social de Mujeres trabaja
incansablemente para que las mujeres sean reconocidas y valoradas como seres
humanos y como sujetos capaces de actuar autónomamente; la subordinación
histórica de lo femenino a lo masculino está cada vez más interrogada en sus
fundamentación y en su acogida como orientación cultural de las relaciones entre las mujeres y los
hombres.
La ONU, la CEDAW y las
Conferencias Mundiales sobre la Mujer, han sido los ecos globales para
señalar rutas de acciones dirigidas a la superación de todas las formas de
discriminación y de violencia de género. Como lo indican las cifras de mujeres de
varios países que hoy
reciben educación en todos los niveles; actualmente varias ejecutivas
dirigen empresas y participan en los
gobiernos, cada vez más naciones cuentan con constituciones que reconocen la igualdad de género y
legislaciones que
ordenan la creación de
posibilidades y condiciones para que las mujeres puedan vivir una vida
libre de violencia.
Reconociendo la importancia de esta fecha,
queremos plantear una reflexión; para ello traemos a la memoria un conjunto de
actividades realizadas el 8 de marzo del 2011, en el marco de la campaña
propuesta por La Red Nacional de Mujeres que se denominó: “Sin mi puño y con mi letra”. En Pereira se diseñó una estrategia para
difundir y dar a conocer los contenidos, entre ellos Pacto Masculino compuesto por varios
reconocimientos y seis compromisos. En la ejecución participaron la Alcaldía e instituciones públicas y
privadas de Pereira, lo que significó una
movilización social que dio como resultado cerca de 18.000 hombres que
suscribieron el compromiso de no
violentar a las mujeres en tres puntos estratégicos de la ciudad de Pereira:
Parque Guadalupe del barrio Cuba, Colegio de Tokio en el Barrio Villa Santana y
en el parque Ciudad Victoria en el centro de este municipio. Lo que
para las mujeres pereiranas significó la esperanza de pacificar la inseguridad
de gran alcance que viven muy
especialmente en sus propios hogares.
Sin embargo, este esfuerzo tan significativo
no se refleja en una disminución de los indicadores de violencia en esta
ciudad. Entonces vale la pena preguntarse si tendrán un real
impacto los actos simbólicos que tradicionalmente se realizan tales como serenatas,
entregar flores y otros elementos dirigidos especialmente para agasajar, piropear la belleza femenina y
elogiar a la vez, cuan nobles, sacrificadas y sufridas son las mujeres. En efecto, desde la Red de Mujeres concluimos que
la producción de conmemoraciones en El
Día Internacional de la Mujer se debe basar en hechos y garantías sostenibles para el ejercicio de
nuestros derechos.
La Red de Mujeres de Risaralda, cree
que aún queda mucho por hacer; porque ni los convenios internacionales ni las
leyes que protegen a las mujeres, se están cumpliendo, en consecuencia; la
discriminación por motivo de género sigue siendo habitual en la mayoría de las
culturas y comunidades del mundo, incluyendo este país donde hay muchas mujeres que viven en la pobreza y
al margen de la planificación familiar, la participación en puestos de
dirección es todavía una utopía en la mayoría de los municipios y la brutalidad contra la mujer sigue siendo
una realidad que nos avergüenza y nos agobia. La violencia de pareja y los abusos contra las niñas, es una de las noticias que
golpea muy a menudo los oídos de los colombianos y, las violaciones
contra las mujeres en los lugares donde
hay grupos armados se ha convirtido en
un fenómeno generalizado en este país.
En el
siglo XXI, El Día Internacional de la Mujer ha adquirido nuevas dimensiones a
nivel mundial debido a que en las conmemoraciones anuales son
cada vez más comunes: a) Las demandas de
mejores condiciones de vida y de
trabajo, tanto en el ámbito público como en lo privado. y b) Las frecuentes denuncias, sobre la falta de
voluntad política de los gobernantes, funcionarios y medios de
comunicación que tienen responsabilidades directas con la implementación de la
Ley 1257, demostrado en los muy deficientes resultados y esfuerzos para crear
y gestionar estrategias verdaderamente efectivas y diferenciadas de atención, protección y acceso a la justicia para
las mujeres víctimas de violencia y porque
después de cinco años de vigencia de la
ley, no se conoce una sola resolución que sancione
efectivamente a los protagonistas de actos violentos contra las mujeres en Risaralda.
Tiene mucha razón, el Secretario General de la ONU, Ban Ki Moon cuando afirma: “La igualdad de las mujeres y
las niñas constituye también un imperativo económico y social. Hasta que no se
logre liberar a las mujeres y las niñas de la pobreza y la injusticia, todos
nuestros objetivos- la paz, la seguridad y el desarrollo sostenible- corren
peligro”.
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