domingo, 19 de enero de 2014

Pereira / Arte

Duros muros de concreto, el lienzo de la esperanza

La ciudad gris por arte de unas manos creativas, de unos corazones que sueñan, de algunos sprays, de algunos otros mínimos elementos, se transforma en una paleta de colores que invita a vivirla, a recorrerla,  y por supuesto, claro apropiarse de ella.


Poco admirados, pero siempre radiantes permanecen varios graffitis grabados en las paredes de algunas propiedades de la capital, la mayoría de ellos aportan más que un destello de colores, también una razón para estar allí.

Basta con solo observarlos tan solo algunos minutos para descubrir entre sus formas, su mensaje, ese que reclama a la ciudad, a la política, a la economía, a la sociedad, algo más que la inclusión, algo más de admiración, algo más de aceptación por este arte moderno.


Pero en las curvas que le dan forma y vida a grandes y pequeños paisajes no solo ocultan gritos de crítica, pues solo quienes logran desligarse a los perjuicios sociales y abren su corazón para comprender el mensaje, logran ver al hijo que le pide a su madre le de la oportunidad de vivir, al inmigrante que extraña su tierra, a la naturaleza que ruega no le quiten más espacio, a las especies que se encuentran en vía de extinción, a una sociedad que le dice SI a la vida, al que salió de casa y la violencia le impidió regresar, al alma artística de un joven que solo desea plasmar su sueño en el lienzo que es su ciudad. 


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