lunes, 12 de agosto de 2013

Un sueño de emprendimiento social


Basta con escuchar un discurso de Juan David Aristizábal Ospina para saber que no se trata de un chico común y corriente. El tono de su voz, su lenguaje no verbal, la coherencia de sus frases y su mirada, hacen de su oratoria un encuentro cara a cara con la juventud. Ese es Juan David, un joven con sueños, con capacidad de asombro para emprender nuevos proyectos, con ganas de vivir y cambiar el mundo. 



Por eso mientras dictaba su charla "Llenando espacios en Risaralda: Una historia de emprendimiento social", con la idea de replicar sus experiencias y motivar a los jóvenes a trabajar en pro del desarrollo del país, quienes lo escuchaban seguían atentos su disertación como si se tratara de un profeta empresario.

Su historia comenzó cuando cursaba su grado octavo en el colegio Calasanz de Pereira. En una de sus clases a él y otros cuantos compañeros les asignaron como tarea investigar el Plan de Renovación Urbana Ciudad Victoria. Al llegar a lo que antiguamente se conocía como la Galería, se dieron cuenta que esa no era la historia que debían contar: la verdadera historia relataba sobre la gente que vivía allí y sus problemas de mendicidad.

Como una coincidencia, días después de esa visita, Juan David vio la película que lo marcó y al mismo tiempo le dio las ideas que ahora concibe para crear una empresa social: Cadena de favores; entonces supo que tenía que hacer algo por esas personas. “De allí surgió la pregunta de cómo cambiar la manera de pensar el país”, dijo con ese entusiasmo que lo caracteriza.

Sin mucho tiempo que perder, este grupo de jóvenes presentó el proyecto a la Alcaldía para divulgar lo que sucedía respecto al Plan de Renovación Urbana, al mismo tiempo que reseñaban cada una de las fundaciones y organizaciones sociales que trabajaban por los habitantes de la Galería.


Comenzaron mostrando un video sobre las fundaciones que evitaban que los indigentes cayeran en la mendicidad y promovían la donación como método para atenderlos. “Lo hacíamos como en Cadena de favores –citando la película–: cada vez que alguien lo veía, esa persona lo replicaba por tres más y así sucesivamente, hasta que llegamos a ser mil o dos mil jóvenes contando la misma historia, buscando que la gente donara a las fundaciones”. En menos de dos o tres meses, este grupo de jóvenes alcanzó a reunir aproximadamente 35 millones de pesos para las organizaciones sociales. Era tanto el asombro por la movilización de ellos, que incluso la ex alcaldesa, Martha Helena Bedoya, los llamó para saber cómo lo hacían. “Cuando usted conecta historias, un proyecto social, la gente entiende que hay una forma de ayudar, entonces ya uno encuentra canales para empezar a divulgar”, explicó.

Hubo otro acontecimiento con el que Juan David justifica su manera de pensar. Para esa misma época en que trabajaban con las organizaciones sociales, Juan Alejandro Sanz Sanz, reconocido líder juvenil, trabajaba con la Presidencia de la República en proyectos sociales. Murió a mano de los grupos armados ilegales en una interceptación. “Eso me impactó porque la violencia en este país quita lo mejor de la gente, pero también fue una motivación para robarle a la delincuencia esos jóvenes que estaban surgiendo. Desde ese día nos metimos a trabajar proyectos sociales, nos inventamos una propuesta para atraer convocatorias de cooperación internacional para las fundaciones y así continuamos”.
Fue así como Juan David comprendió que “los sueños siempre terminan conectándose con los intereses”. Entró a estudiar Administración de Empresas en el 2006 y conoció a Juan Restrepo, otro joven que también perseguía su sueño. “Nos dimos cuenta de que en este país hay una cantidad de gente que tiene educación, pero el gran reto es que quieran participar en cambiar la comunidad”. De allí nació Buena Nota, una organización sin ánimo de lucro que busca promover emprendimientos sostenibles en materia social, a través del modelo Vica: Visibilizar los proyectos, Inspirar compartiendo conocimientos, Conectar a una red a los agentes de cambio y Apoyar a los ciudadanos mediante asesorías, merecedor del MTV Millennial Awards en la categoría Piensa en grande, gracias al apoyo de otros jóvenes risaraldenses y colombianos que dieron su voto.
  

“Con todos los problemas que tiene el país, nos preguntamos cómo resolver el de la inequidad, nos dimos cuenta de que la mejor forma debe ser compartiendo el conocimiento. Aquel que sabe debe estar al servicio de la gente. Así nos dedicamos a crear la organización que lo que hace es identificar emprendedores sociales, personas en comunidades del país que tenga proyectos sociales y nosotros tenemos un equipo de voluntarios capacitados para ayudarlos. Hemos tenido más de 500 voluntarios con 65.000 horas de apoyo, de esta manera se utilizar la educación para transformar la humanidad”.

Emprendimiento, una palabra que está de moda, para Juan David significa “convertir un talento en una actividad productiva, eso incluye pasión y motivación para hacer las cosas”. Asegura que la falencia para ser emprendedores es el sistema educativo, que no promueve el uso de los talentos. “Desde pequeños nunca nos han enseñado que nuestras destrezas deben ser lo que más nos pulan. Todavía nos falta mucho en los currículos de los colegios que si usted tiene un talento puede cambiar la humanidad. Por otro lado está el sistema político, cómo elegimos a nuestros representantes, es que en las empresas no se contrata al mejor talento porque sea mi amigo”, dice, terminando con la frase: “el sistema educativo de nuestro país no promueve el emprendimiento y el sistema político mata el talento”.

Hoy la propuesta colombiana Buena Nota tiene por lo menos 1 millón de personas activamente involucradas con la plataforma y Juan David Aristizábal está aumentado sus relaciones con un Banco de Emprendimiento Social, para unir a los innovadores con inversores potenciales. “El poder no está ni en el cargo ni en la profesión, sino en el talento que tenemos y que usarlo para cambiar el mundo”.

En enero la revista Forbes incluyó a Juan David en su lista de los 30 jóvenes menores de 30 años que pueden cambiar el mundo. En Pereira la Gobernación de Risaralda lo exaltó con La Orden al Mérito Empresarial en el marco del Día Internacional de la Juventud.

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