Un deporte con gloria
El tiro con arco fue uno de los deportes estrella en la reciente participación
risaraldense en los juegos nacionales finalizados en noviembre.
Hace 500 años el arco empezó a perder en Europa su
poder como arma de guerra, para de manera paulatina convertirse en afición de
élite. En América el arco al parecer nunca dejó de usarse como herramienta
bélica, pero en las décadas recientes gana protagonismo como opción deportiva.
Risaralda desde el 2005 tiene Liga de tiro con arco,
la cual ha deparado para el departamento múltiples logros, varios de ellos
internacionales, como “clasificación a Juegos Olímpicos 2012, marcas
mundiales, medallas de oro y bronce a nivel Suramericano, medallas de bronce en
Centroamericanos y del Caribe, medallas de plata y marcas en Panamericanos”,
según sus directivos.
En Colombia los
logros no han sido menores. Eso quedó demostrado en los recientes juegos
nacionales, donde la delegación de tiro con arco ganó 14 medallas (2 de oro, 6
de plata y 6 de bronce). En los juegos del 2008 la Liga obtuvo ocho medallas,
lo que de por sí indica una mejor representación, tanto que este año aportaron
un poco más de la quinta parte de toda la medallería risaraldense en los
juegos.
Entrenamientos
Doscientos metros de carretera destapada conducen a
un cobertizo en el sector de Canceles, que es el lugar desde el cual disparan a
las diferentes dianas dispuestas en el terreno facilitado por Carlos Ariel
Jaramillo, un mecenas de estos deportistas y a la vez practicante eventual del
mismo.
El ambiente es de absoluto respeto, y no es raro ver
a más de un padre pendiente de su hijo, reforzando la idea de que en vez de una
liga lo que allí existe es una familia, bajo la mirada vigilante de Eduard
Ramírez, entrenador del equipo, quien se desplaza desde Cali.
Allí, todas las tardes, a las tres, esta especie de
cofradía empieza el ritual de un entrenamiento arduo, sin pausa, en la idea de ser
integrantes de una de las mejores ligas de este deporte en todo el país.
Incluso, entre los 22 arqueros activos (aunque la liga cuenta con 35 inscritos)
hay representantes olímpicos o de rango internacional como Daniel Pineda,
Daniel Pacheco y Camilo Cardona (récord mundial en arco compuesto). Pineda
tiene 18 años y los dos restantes, 17.
Mientras hacen calentamiento, en el piso reposan los
dos tipos de arcos que usan: recurvo (olímpico) y el compuesto (de cuerdas).
Las chanzas fluyen de manera natural en medio del grupo, caracterizado por la
presencia de muchos jóvenes, aunque oficialmente hay cinco categorías: veteranos,
mayores, juveniles, cadetes e infantiles.
Exigencia
Es un deporte
exigente no solo en cuanto a la disponibilidad de tiempo, lo es también en los
costos: tanto los arcos como las flechas son importados. Sin contar con los
desplazamientos a las competiciones internacionales, muchas de ellas
cofinaciadas por los propios padres de familia, deseosos de contribuir al éxito
de sus hijos.
Ramírez, mientras
coordina las sesiones posturales de esa tarde lluviosa en la que no pueden
hacer disparos, comenta: “esto es de mucha dedicación; el arco además incita,
motiva. Este deporte es más de sensación que de visión, de hecho hay campeones
mundiales con problemas visuales. Acá los chicos perfeccionan la motricidad y
el equilibrio, algo que no se enseña en los colegios”. A esto se añade la
evidente disciplina necesaria para entrenar todos los días durante 30 minutos o
dos horas.
“El objetivo de la
Liga en estos momentos es la masificación del deporte a nivel departamental y
el incremento del nivel competitivo de sus deportistas, además de la
participación en eventos nacionales e internacionales y la organización de encuentros
para la promoción del deporte”, comenta César Luis Cardona -padre de Camilo-,
quien a cada tanto está pendiente de los entrenamientos.
La tarde lanza sus
últimos rayos de luz, como flechas que apuntan al cielo, mientras cada uno de
los presentes prepara todo para un merecido descanso o el inicio de las labores
aplazadas. Mañana será otro día de entrenamiento.
VOCES
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