Suenan voces inocentes
Anita Ortiz acompaña en el piano al coro de las franciscanas, finalistas en las diferentes participaciones regionales y nacionales en las que han participado. |
Franciscanas musicales, una
experiencia de vida que forma niñas en los campos ilimitados de las emociones
estéticas. Su coro es un destacado protagonista en varios encuentros
nacionales.
La mañana luce fresca, aunque amagos
de lluvia se ven el horizonte, pero en el amplio espacio del colegio “Inmaculado Corazón de María”, mejor
conocido como las Franciscanas, las voces de nueve niñas entre los 3 y los 13
años han congelado el tiempo.
Nada parece importar, solo el arrullador
sonido de voces inocentes tiene relevancia, acompañadas por las notas del viejo
piano vertical que toca su profesora. Afuera está el mundo, adentro solo queda
levitar con la música coral.
Desde el salón de música,
irradiándose por los solitarios pasillos, ruedan las palabras de Mauricio
Zapata, autor de “La romanza del loco y la frágil”:
…Le enseñó que tras de los
cerros está el mar
y que hay jardines de cristal
en la llanura.
Sin saber, un mundo mágico le
dio
En su guardián se convirtió
Ya no podía vivir sin él…
Y se fue por el camino tras de
él
Bañó sus ojos con el sol
Y vio la tarde oscurecer
Sintió en su cuerpo libertad
Cadenas rotas que dejó allá
atrás
Rompió el silencio y su timidez
Por fin alguien la amaba
Una plazuela adornada con una
fuente fue el sitio inicial de encuentro con Anita Ortiz, licenciada en música,
y directora del coro Franciscanas Musicales. Es una mujer joven, dinámica, que
de lejos se nota es querida y respetada por sus estudiantes. El coro, una de la
facetas de la propuesta musical del colegio, está compuesto por 12 estudiantes,
aunque algunas de ellas no asisten hoy.
Asumido como un espacio
extraclase, el coro, al igual que otras actividades musicales como la enseñanza
de guitarra y flauta, “desarrolla la inteligencia emocional a través de las
artes, refuerza la relación corporal grupal, hace más intuitivas y carismáticas
a sus practicantes”, dice Anita.
Y eso, que parecieran
expresiones recitadas de un libro de pedagogía, toma cuerpo al observar las
actitudes de las coristas, reforzadas con la escucha de sus palabras. Así, para
Juanita Mogollón, quien proviene de una familia dedicada a la música, esta es
“inspiración del alma”. Y lo dice con tal seriedad que apenas queda creerlo con
firmeza.
Isabela Valencia se muestra
incluyente y afirma con claridad que “cualquiera puede hacer parte de un coro”.
Apreciación que pareciera quedar confirmada con el aporte de Ana Sofía
Quintero: “es una forma divertida de pasar con otras personas”, y añade que “la
música tiene un sentido”. Expresiones todas que denotan tal madurez en sus
infantiles voces que apenas queda sorprenderse. Voces de almíbar que dejan en
el oyente el deseo creciente por escucharlas.
Participaciones destacadas
Segundo puesto en el Salesiano
Corchea de oro, finalista en el concurso nacional de villancicos de Santa Rosa
de Cabal, participación en el Feijoa de oro (Tibasosa, Boyacá), invitadas
especiales al Festival del Bambuco 2011, donde también actuó con gran éxito el
dueto Arena y Mar, de las Franciscanas.
Producción musical
“Juven*Arte es un proyecto
pedagógico diseñado para fortalecer y
estimular las manifestaciones artísticas y culturales de las estudiantes
franciscanas dentro de su espacio estudiantil”, dice la presentación oficial
del proyecto, dentro del cual cabe incluir “Música franciscana en tus oídos”,
una propuesta en disco compacto que incluye ocho temas, entre ellos “Mi ritmo
de paz”, “Esta noche” y “Las alumnas franciscanas”.
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