Cocinar, una tarea para el descanso
Experimentar
con recetas, hacer deporte y vestir bien, tres de las aficiones de Ignacio
Morales, gerente de operaciones centros comerciales de Parque Arauco en
Colombia y del Centro Comercial Arboleda, es un hombre que impacta por su
amabilidad y gestos corteses para con sus interlocutores. El cabello entrecano de
este chileno (nació en Viña del Mar) confunde a quienes lo ven: apenas tiene 33
años, pero esas canas son herencia familiar.
En su
oficina se destaca un inmenso tablero repleto con tarjetas de diferentes
colores y un plano del primer piso del
centro comercial Arboleda. En mangas de fina camisa, con un pantalón blanco,
Ignacio enfatiza en la importancia que para él tiene vestir bien, aunque no por
ello le rehúye a la comodidad en su casa: allí, con una camiseta y un bluyín,
se siente a la perfección mientras se mueve por los amplios espacios de su
hogar.
Esa
afición por la ropa lo lleva a ir de compras de manera frecuente, ocasión que
aprovecha para analizar el servicio ofrecido por los empleados de los
diferentes almacenes del centro comercial más grande de la región, cuya
totalidad de locales son arrendados. En momentos como ese, su valoración de un
buen servicio al cliente se centra en aspectos tale como: calidad de la
atención, variedad de productos y tallas, organización de las vitrinas, aroma
mismo del lugar, además del talante activo de los vendedores.
Y lo
dice un hombre que toda su vida ha trabajado en centros comerciales, aunque
admite que cuando era joven no gustaba de estos lugares. Luego de graduarse
como ingeniero comercial empezó lo que él llama jocosamente “su servicio
militar” trabajando en atención al cliente en Parque Arauco en Chile.
Un gerente en su hogar
Para
Ignacio el fin de semana es un tiempo en el que su familia gana todo el
protagonismo. Esos días los dedica a compartir con su esposa y los dos hijos de la pareja –Florencia e Ignacio,
además se dedica a continuar con su actividad deportiva -básicamente trotar y
hacer flexiones- la cual practica entre semana desde las 5 de la mañana, hora
en que empieza su rutina diaria. También es aficionado al fútbol y tenis,
además de seguir la Fórmula Uno por televisión.
Allí,
en la tranquilidad que le proporciona la casa y con la comodidad de vestir
informal, se dedica a otra de sus aficiones: experimentar en la cocina a partir
de lo que lee en los libros especializados que compra con frecuencia o a través
de versiones de platos que ve preparar en canales dedicados a la culinaria.
A la hora
de las comidas, le gusta mucho preparar carnes o platos del mar. Esa
experimentación lo lleva a conocer algo de la cocina fusión, un estilo que es
muy afín con su curiosidad por mezclar y probar variaciones de recetas
tradicionales. De los platos típicos colombianos saborea la bandeja paisa y el
ajiaco.
Como
buen chileno, el vino se convierte en el elemento esencial de su mesa, aunque
se asombra por el alto costo del mismo en Colombia. En su país, además de la
amplia variedad de vinos, también quedó su familia, entre ellos sus abuelos, a
los cuales perdió recientemente.
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