En más
de una oportunidad mi mamá, quien fue mi brújula por muchos años, me dijo:
“hija, no debes perder el norte”. En un castellano más claro quería decir que
no me podía desviar de mi objetivo; debía
tenerlo bien definido para evitar que
las ráfagas de viento o cualquier tipo de agresión de la naturaleza me
afectara.
Y
aunque mi brújula me dejó en un punto de mi vida donde tenía claro mi norte,
todavía a cada paso que doy pienso en sus palabras para no desviarme del
camino; es justo lo contrario de lo que sucede con Pereira, ciudad que hace más
de una década perdió su norte a manos de sus gobernantes. Pasó de ser una
ciudad industrial a una comercial y cuando vio que a su vecina Armenia le iba
muy bien como destino turístico quiso adoptar ese perfil; pero la brújula
enloqueció porque los gobiernos anteriores la dirigieron a su propia
conveniencia.
Hoy,
confiando en el cambio, llegó Juan Pablo Gallo a comandar la brújula bajo el lema
“Pereira Capital del Eje”. ¿Pero Capital del Eje, de qué? Creo que es un lema
bastante osado cuando carecemos de un norte claro. Nuestra “Querendona,
Transnochadora y Morena” debe recuperar ese brillo que la caracterizó por mucho
tiempo. En tiempos de los dirigentes cívicos sí lo era, la Capital del Eje,
pero hoy… lo dudo.
Dios
quiera que esas palabras pronunciadas por el Alcalde en su primer discurso de
que “no solo convertiré a Pereira en una ciudad de calidad sino amable y bonita
para los adultos, niños, ancianos y animales”, o , “…crearé la Secretaría de
Competitividad porque se necesita en una ciudad emprendedora y empresarial como
Pereira” se conviertan en realidad por el bien de todos nosotros y de nuestra
amada ciudad; y que esas palabras del mandatario
de: “Buscaremos con nuestra marca Pereira
Capital del Eje ser un referente de desarrollo, de progreso y competitividad a
nivel nacional”, sean un vaticinio del futuro de la capital
risaraldense y no se queden en un lema más como el de los anteriores
gobernantes.
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