En buena
hora un grupo de escépticos, librepensadores, agnósticos y ateos de la ciudad,
tomó la iniciativa en el mes de mayo del presente año, de formar una asociación
de ateos. Y reitero que en buena hora, ya que a pesar de vivir bajo un “Estado
laico”, la presencia y fuerza de la religión, católica principalmente, en los
asuntos públicos, es verdaderamente avasalladora.
Y lo es
porque se quiere desconocer que las creencias religiosas de las personas, aun
de los funcionarios públicos, son asuntos privados y por tanto la esfera para
difundirlas y practicarlas debe quedarse también en espacios privados y no promoverlas
y menos imponerlas, en los públicos.
De esta
suerte, resulta que en un país “laico” como el nuestro, las tres ramas del
poder público: legislativa, judicial y ejecutiva, estén bajo la tutela del
poder católico. Ya lo dijo recientemente
el procurador Ordóñez, al justificar la aprobación de una ley que creó un día
festivo en honor a la religiosa Laura Montoya,
“la esencia del país es afín al cristianismo”.
De igual
modo la primera autoridad de la ciudad, Enrique
Vásquez, ha tratado de imponer sus creencias religiosas en
varias ocasiones, una de ellas cuando en la semana llamada santa para los
católicos, quiso obligar a sus funcionarios a asistir a las procesiones; y más
recientemente, al divulgar mensajes religiosos que representan sus creencias religiosas
disfrazados de cuñas radiales navideñas en la emisora de la alcaldía, Pereira al aire, emisora que, no
olvidemos, funciona con recursos públicos. Una de dichas cuñas dura dos minutos
y 20 segundos y no es más que una oración; y otra en la que con su propia voz
expresa su anhelo de “que el nacimiento del niño Jesús simbolice la esperanza y la recuperación
de valores para que entre todos construyamos una Pereira mejor”.
Bien,
ante esta pequeña muestra de violación a lo mandado en la Constitución, que
imagino se replica en muchas otras ciudades porque reciben el ejemplo y el aval
del primer mandatario, quien también promueve sus creencias a través de la
autoridad que lo inviste, asistir al desafío de fomentar el libre pensamiento, contribuir a
la divulgación de la ciencia, luchar por el derecho a una educación laica,
racional, reflexiva y crítica, separada de cualquier dogma “sagrado, revelado e
incuestionable” y abogar por la real separación del Estado y la iglesia, son
propósitos de la mencionada Asociación de Ateos de Pereira, vivifica.
Los ciudadanos de un
estado laico tenemos el derecho de exigir unas entidades y unos servidores
públicos limpios de manipulaciones religiosas y ajenos a sermones propios de un
Estado confesional.
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