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Motivados por la líder comunitaria y la instructora de
aeróbicos, los abuelos están regresando al grupo.
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Es compleja la situación
que desde hace 14 años viven los vecinos del
barrio Samaria, al sur de Pereira. No cuentan con una caseta comunal, el
60% de sus vías no están pavimentadas y el grupo de la tercera edad está a
punto de desaparecer.
El
problema mayor para el grupo de la tercera edad es la falta de espacios
necesarios para desarrollar las actividades, espacios que el barrio no tiene y
que dificultan el poder llevar a cabo los encuentros planeados con los adultos
de edades entre los 60 y los 85 años.
Denis
Cardona es la persona responsable del grupo de la tercera edad en el barrio
Samaria. El grupo inició por la necesidad de brindarles a los abuelos el
espacio y el tiempo para compartir entre sí. “La idea inicial eran de 30
abuelos con los que podamos trabajar, hacer actividades para que ellos no se
queden solos y se integren”, afirmó Cardona; pero a medida que ese grupo fue
creciendo durante el año 2013, así mismo se fue reduciendo para el año 2014,
pues golpeado por la ley de garantías, otros beneficios como los almuerzos
fueron desapareciendo; eso sumado a las condiciones que tenían que pasar en la
cancha desmotivaron a más de 15 abuelos, hasta quedar con un número reducido.
La
cancha ubicada en cercanías con la escuela de Samaria queda al aire libre y el
sol da de lleno porque no hay cubierta, por ello varios abuelos se han visto desmotivados
hasta dejar de asistir a los aeróbicos, temerosos por su salud. “Es un grupo de
la tercera edad que está siendo perjudicado porque no contamos con los
escenarios para que ellos puedan disfrutar de los eventos; ni siquiera tenemos
caseta comunal”, dijo Maicol Villada, líder comunitario de la zona.
Samaria,
desde hace 14 años cuando surgió en el mapa de la ciudad, no cuenta con caseta
comunal, los más de 19 mil habitantes que tiene la zona pueden presumir hoy de
un lote, pero no con los recursos para construir una sede comunitaria.
Administración tras administración ha pasado sin que ninguna ofrezca una
solución viable para este proyecto que afecta de manera directa a una población
vulnerable como los adultos mayores. “El entrenar al aire libre les produce a ellos
más desgaste, es difícil porque van desertando”, puntualiza Cardona.
Hace
apenas un mes están regresando y es porque desde la Gobernación de Risaralda se
les está apoyando con los almuerzos comunitarios, los cuales se van a repartir
en un quiosco del lugar, y como requerimiento deben construir una alberca donde
puedan hacer la limpieza de los implementos.
Gratitud
“Está
muy bien todo, pero para eso uno necesita estar dispuesto a hacer los ejercicios
donde se pueda”, afirma Miguel Ángel Echevarría, miembro del grupo de la
tercera edad.
La
felicidad de los abuelos es evidente a simple vista. Cuando se les pregunta por
los beneficios de pertenecer al grupo, inmediatamente responden con una
sonrisa, pues muchos de ellos prefieren estar allí que estar solos o haciendo
nada.
Doña
Rosmira Ospina es una señora que disfruta el integrarse con los de su edad,
tiene 85 años y lleva varios años en el grupo: “yo si le saco el jugo a todo,
hacemos los ejercicios que nos da la instructora, y la pasamos bien”, dijo con
alegría en su rostro.
El
satélite del colegio Remigio Antonio Cañarte ubicado en Samaria, por fuerza
mayor tuvo que decir que no al espacio que les daba a los adultos para que
almorzaran allí, dadas las condiciones del colegio y el tamaño. El espacio no
se les volvió a prestar porque no contaba con mesas ni infraestructura para
desarrollar el programa.
“Las
instalaciones no son las adecuadas para este tipo de programas, no contamos con
el espacio para ellos porque los niños después tienen que estudiar en pupitres
sucios”, dijo María Mercedes Ramírez, docente de la institución educativa. VECINOS
visitó el lugar constatando la difícil situación.
Es
así como los abuelos de Samaria están a la deriva a falta de espacios que les
brinden las oportunidades que durante años han esperado, tener una caseta para
libremente llevar a cabo sus programas y sus actividades.
Dato:
Actualmente 35 abuelos están cobijados
por el programa de almuerzos, los cuales les son repartidos en un quiosco de la
zona.
Voces:
¿Qué opina sobre el
grupo de la tercera edad?
Rosalba Cárdenas
“Sí,
porque a este sector el gobierno no viene, no hay caseta comunal, el gobierno
no ha servido”.
Alba Mery Cano
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