Han recorrido
cuatro países extranjeros, incluso con presentaciones en 12 ciudades de
Francia; además, en un anaquel exhiben 16 premios nacionales ganados en
diferentes encuentros. Son 80 integrantes de Trietnias, pero sienten como uno solo.
“El boquinche” suena una y otra vez mientras los cuerpos extenuados demandan una ronda más para perfeccionar ese, en apariencia indetectable, error que a todos mortifica. |
El ensayo no
puede ser más extenuante. Cada paso se repite mil veces, cada gesto es medido…
pero en el fondo, más allá de los números, está la pasión de cada integrante.
Tienen la música adentro. Vibran.
Esa dosis de alocada
pasión que vuela por los espejos de la sala de ensayo pareciera estrellarse contra
la columna de la disciplina impuesta por Álvaro Javier Montero -un hombre
grueso, alto, nacido en Valledupar, de voz contundente-.
“Ahí va a chocar,
hermano”, “Todavía no, Roberto”, “¡Ahí vaaaaaa!”, resuenan las montaraces
palabras en el aire. Más que un director, pareciera un técnico de fútbol, vestido
con sudadera y camiseta blanca. Pero no, siempre las instrucciones son
acertadas, porque conoce bien su oficio en Trietnias desde que fundó el grupo
en 1989.
Álvaro Javier
escucha atento las variantes que plantean sus pupilos al momento de ensayar el
montaje, pero les advierte que no resultarán. Y así es, cuando se lanzan a
bailar el desorden es evidente. Los mira con calma y de inmediato les plantea
su movimiento en L, que resulta perfecto en la primera prueba. Sobran aplausos
en la sala de ensayos ubicada en el sótano del edificio de Bellas Artes de la
UTP.
Unos minutos
después suena la música parrandera de “El boquinche”, un tema con el cual se presentarán
en junio en Ibagué, acompañando a María Alejandra Ortiz, reina de Risaralda en
el Encuentro Nacional del Folclor. La integración es total, pues la reina ha
cumplido con su parte, como ella afirma: “toda la vida me he preparado para
esto”. Algo que se confirma cuando da a conocer sus pasados estudios de música
en la U. Nacional de Colombia, de flauta en Caracas y en la actualidad una
especialización en flauta traversa en Francia.
Muy profesional
Nada se deja al
azar en Trietnias. Cuentan por eso con 14 parejas de base, 12 músicos, 6
parejas alternas, 16 integrantes del grupo afro y 36 personas más en el
semillero.
Fernando Díaz,
coordinador musical, estudió cuatro años en Cuba, pero hace 12 años ingresó por
vez primera al grupo. Trabajar música de las costas Caribe y Pacífica, además
de la música decembrina y el jazz, son los intereses del grupo que dirige,
compuesto por egresados de la escuela de música de la UTP.
Trietnias tiene
reina. Y es música. Juntos se preparan
para brillar en el Encuentro Nacional
del Folclor en Ibagué.
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De hecho, ellos
hacen composiciones exclusivas para varias de las presentaciones de Trietnias,
lo que da un valor adicional y revalida los múltiples premios ganados en toda
clase de encuentros a los cuales son invitados.
Solo un lunar
pareciera flotar en el aire, comenta con desgano Álvaro Javier. Es la falta de
credibilidad por parte de las autoridades de la cultura local, a las cuales el
año pasado se les entregó un proyecto para montar un espectáculo con 15 danzas
representativas de cada una de las décadas que componen los 150 años de
historia de Pereira, con motivo de su Sesquicentenario, y con la participación
de varios colegios de la ciudad. Lo peor, insiste, es que ni siquiera se
tomaron la molestia de llamar para decir que no les interesaba.
Pero no importa,
allá afuera, en los muchos países o ciudades colombianas que han visitado,
saben que esos pasos trazadores de sueños en el aire están construidos con las
dosis suficientes de corazón y férrea disciplina que solo pueden amalgamar los
mejores.
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