Ayer cumplí un de las tantas
obligaciones que tenemos las mujeres como amas de casa -por cierto, de las que
más detesto hacer- como es ir a mercar.
Vaya sorpresa la que me llevé... Por
el paro de camioneros existe desabastecimiento de productos, en especial de
frutas y verduras, porque las traen de Bogotá donde están paralizados los 100
camiones que tiene la firma para distribuir a todo el país. Pregunté por qué no
compraban productos de la región. La respuesta fue dura y contundente: no
cumplen con los stándares de calidad que exigen nuestros clientes.
Sentí que lastimaban mi corazón y mi
orgullo pereirano. Respiré profundamente para tranquilizarme. Y entendí que
vamos por el camino equivocado. Nos hemos preocupado por generar empleo. Cada
cuatro años los gobernantes entregan maravillosas propuestas en lo concerniente
al tema del trabajo y el desarrollo económico de Pereira, como si fueran
“varitas mágicas”.
De eso no escapa el gobierno de Juan
Pablo Gallo. Por ejemplo, leyendo el Programa de Gobierno del actual
burgomaestre, se refiere al impulso de los productos pereiranos, creación de un
centro de emprendimiento, programa de reconversión laboral y primer empleo,
entre otros. Todo suena muy bonito, pero creo que también debemos arrancar
estos procesos desde la academia, en el sentido de preparar a los profesionales
para que generen sus propias empresas. Enseñarles a diseñar sus propios sueños
económicos sin depender de una oportunidad laboral. Y más ahora cuando, en el
papel, el Gobierno de Juan Pablo promete el fortalecimiento empresarial con
mejores créditos y el banco para los pequeños empresarios.
Pero queda la tarea de convertir a
nuestros pequeños agricultores en grandes empresarios para enfrentar a esas
plataformas comerciales que se han asentado en la ciudad. Y es necesario generar estrategias para que los profesionales graduados en
Risaralda no se vayan a buscar trabajo fuera del departamento.
Tomado del archivo del Diario.
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