Aunque los habitantes del sector reconocen que tienen que
utilizar líneas de energía de contrabando instaladas por ellos mismos, también
son insistentes en que han recurrido en varias ocasiones a la empresa de
energía de Pereira para que se formalice un servicio de energía legal, pero la
respuesta no ha sido muy alentadora. “Acá estamos corriendo un riesgo, antes
teníamos una velas de donde tomábamos energía pero las quitaron, luego no
pegamos al transformador que estaba más cerca pero eso no deja de ser un riesgo
para uno” declara una de las habitantes del caserío.
Según los mismos habitantes, la empresa de energía les pide
como requisito tener un certificado de que no están en zona de riesgo, pero
evidentemente su cercanía al río no hace posible que adquieran tal certificado.
Entre los principales problemas que tienen por la conexión de contrabando está
la debilidad del flujo de energía, “ las neveras no congelan, la luz es bajita
y no podemos prender dos aparatos al mismo tiempo en todo el barrio, si
prendemos el equipo, no se puede encender nada más en otras casas” cierra
explicando una líder de la comunidad.
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