lunes, 22 de julio de 2013

¿Cómo va la restauración del Bolívar Desnudo?




La historia del Bolívar Desnudo, monumento del reconocido artista paisa Rodrigo Arenas Betancourt comenzó cuando Pereira cumplía 100 años de nacimiento. Hoy, la obra tiene 50 años de haberse inaugurado y colocado en la Plaza de Bolívar y fue sometida a restauración pues se hallaba en malas condiciones que le quitaban el brillo con que representa la pujanza de la ciudad. Tres semanas más se requieren para su entrega.

Muchos de los pereiranos ya veían la escultura mareada, deteriorada y bañada en excremento de palomas, por lo que la fundación Rodrigo Arenas, encabezada por la viuda del maestro, Maria Helena Quintero, en contratación con la Alcaldía, decidieron ayudar.
Inicialmente, como lo explica el maestro fundidor Armando Arango, se intervino la obra externamente. Sin embargo, después de abrir un orificio para revisarla internamente y a través de varios diagnósticos plasmados en informes que se presentaron a la alcaldía, se determinó que la escultura debía ser reparada desde su interior. “Nos dimos cuenta de que la obra estaba completamente colapsada, estaba suelta, carcomida por el óxido”, comenta Arango. El contrato de intervención es de dos meses y vence el 29 de julio. En la segunda fase de reparación llevan mes y medio, por lo que Armando piensa que van a necesitar otras tres semanas para terminar la obra a cabalidad. 

Armando  Arango hace parte del equipo de reparaciones de la Fundación Arenas Betancourt

Se espera que el 29 de agosto la obra esté terminada para celebrar con broche de bronce los 150 años de la ciudad. “Con esta intervención al menos garantizamos que el Bolívar Desnudo esté en buenas condiciones por 50 años más. Obviamente necesita revisiones cada cinco años, mantenimiento exterior cada seis meses” y es que el excremento de las palomas que habitan la plaza es muy ácido y daña la patina, causando decoloración y manchando.

El proceso va muy bien. Arango dice que cuenta con los mejores materiales para la soldadura de la estructura. Dentro del estómago del caballo se observan unos cuantos andamios que unen y sostienen la pieza. Se está recuperando para orgullo de los ciudadanos, pues es símbolo de civismo y libertad. 
 Vista de un Bolívar en reparación

El dinero que se invirtió para restaurar el monumento es de 180 millones que comprende el estudio de la estructura. “Periódicamente estamos dando informes tanto escritos como fotográficos que quedan en archivos y ya al final se piensa compilar todo en un libro donde se pueda dar cuenta de todo lo que se hizo”, explica Maria Helena Quintero, quien se siente satisfecha con el trabajo realizado hasta ahora.

Quintero de Arenas y Arango están de acuerdo con que se deben promover campañas educativas desde la Secretaría de Cultura para que se preserve el patrimonio cultural de las ciudades y para que la gente entienda lo que implica hacerlo. “Para el ciudadano común comenzar la restauración fue difícil pues no estaban acostumbrados a pensar que a una obra monumental podría invertírsele dinero, entonces la gente no entiende y piensa que es una plata mal utilizada, cuando realmente se está recuperando un patrimonio nacional, cultural e histórico muy importante”, dijo la viuda del artista, 
 El Bolívar está suspendido; se sostiene con ayuda de los barrotes.

Es la primera vez que se restaura el Bolívar Desnudo, monumento que con el paso del tiempo se iba a quedar sin caballo y sin jinete, pues Arango asegura que en cualquier momento se podía desplomar. “Lo que se está haciendo en este momento es fijar el caballo a la bandera. De ahora en adelante, necesitará un seguimiento permanente, observación interna cada cinco años y lavado a presión a nivel exterior”, dijo el maestro, un cuidado especial que merece una escultura grande como esta, pero que de la mano de los restauradores de la fundación se logrará mantener por muchos años más.

Dato curioso: la primera vez que Armando Arango entró en el Bolívar Desnudo se encontraron monedas y paja. “Comentan que en el 86 la obra tenía unos cuantos huecos, entonces la gente los tapaba con paja, pero también me encontré un llavero”. Dentro del Bolívar se pueden ver números que marcan las piezas que se soldaron y conservan su pintura original. 

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