miércoles, 22 de febrero de 2012

Prohibir las armas


El debate sobre la tenencia de armas por civiles no es nuevo. En todo el mundo, desde la Edad Media, se ha discutido si es aceptable que personas comunes estén armadas o si solo deben ser usadas por agentes del Estado.

Recientemente el nuevo alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, con quien no me identifico ideológicamente pero sí comparto su idea de prohibir el porte de armas por civiles en lugares públicos, puso el dedo en la llaga sobre un problema causante de violencia en toda Colombia.
La misma Policía Nacional se ha mostrado de acuerdo, como una estrategia efectiva para evitar que las personas se maten entre sí, pues las estadísticas muestran que en nuestro país, y Pereira no es ajena, el 70% de los homicidios se cometen con armas de fuego.

Por eso es muy pertinente que el Gobierno Nacional piense en presentar al Congreso de la República un proyecto de ley para prohibir el porte de armas, para que sean los alcaldes y no solo las brigadas del Ejército las que puedan regular este problema, y así seguir bajando las cifras de asesinatos.

Es apenas evidente que una sociedad civilizada debería aspirar a que ningún civil use armas, y a que éstas sean monopolio de un Estado que garantice la seguridad a todos los ciudadanos. Más que garantizar, supuestamente, la protección de unos pocos, se debe cuidar la vida de todos los ciudadanos.

Además, es un hecho que gran parte de las armas con salvoconducto son usadas para cometer crímenes, o cuando este porte se mezcla con el alcohol las personas cometen errores que las pueden llevar a prisión.

De igual manera, si existe una legislación que prohíba su tenencia, será más fácil que las autoridades les sigan la pista a las armas ilegales y se pueda combatir el tráfico de estos peligrosos elementos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario