Los expertos coinciden en decir que el desarrollo de una
ciudad se mide en gran medida por sus planes de movilidad, pero especialmente,
por sus sistemas de transporte.
Tal vez a muchos de ustedes les ha pasado como a mi
familia; cuando visitamos una de esas grandes urbes del “primer mundo”
utilizamos sin complicaciones los diferentes sistemas de transporte público,
gracias a que ofrecen diversas alternativas de movilidad.
Esa es la inmensa diferencia entre Pereira y las ciudades
desarrolladas donde hay cubrimiento total de la zona urbana, que es justo lo
que no estaba pasando con nuestro Sistema de Transporte Integrado. Desde su
creación registró esta falla gigantesca porque sus rutas alimentadoras no
cubrían áreas como la Universidad Tecnológica, donde la mayoría de sus
estudiantes deben tomar varias rutas de
buses.
Por eso aplaudo, pero con letras en mayúsculas, los
últimos convenios que Megabús suscribió con las empresas transportadoras para
que los estudiantes de la UTP que se desplazan desde y hacia sectores como Cuba
lo puedan hacer con un solo tiquete. Igual solución tienen hoy los habitantes
de La Virginia.
Pueda ser que estas nuevas estrategias permitan generar
condiciones para impulsar nuestro sistema de transporte. Es necesario adoptar
medidas que no dejen sucumbir una empresa como Megabús, pese a que, tal vez por
algunas malas decisiones del pasado, su sostenibilidad está en veremos. Pues de
nada sirvió el pacto de compromisos y responsabilidades que en el anterior
gobierno firmaron diferentes entidades, entre ellas del orden nacional.
Creo que la sostenibilidad de este Sistema depende de
medidas como la ampliación de rutas, pero deben conjugarse con la generación de
excelentes campañas para que se nos despierte el amor por el Megabús y la
confianza para utilizarlo; de lo contrario, el Sistema Integral de Transporte
Masivo seguirá en la cuerda floja.
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