¿Quién recuerda La Popa hoy?
Llegar, a la parte alta del cerro, donde se inicia Dosquebradas, era hace 25
años un verdadero calvario. Entre el puente de San Judas y el barrio Valher
implicaba una serie de trancones legendarios,
que convertían la circulación entre los dos municipios en un pequeño infierno
cuya única solución vino a ser el célebre viaducto. Eso explica que su
construcción se convirtiera de promesa redentora a la obra más importante del
progreso pereirano
Pero de veinte años a hoy la
facilidad de conseguir vehículos privados ha
vuelto en obsoletas todas las arterias principales de la ciudad: la
calle 14, la Avenida Circunvalar, la calle 21, la avenida 30 de Agosto o la
Avenida Sur reflejan en horas cruciales del día la falta de una propuesta pública de transporte
y nos dejan la sensación de que
transitar en vehículo por esta ciudad, en unos cinco años, será algo casi infernal.
Vivo en la calle 14, nací en la calle 14 y he
visto a lo largo de mi vida la transformación de la ciudad, de Colombia y del
mundo desde la calle 14. Habito un apartamento
a quince minutos si camino de mi
trabajo en la universidad y en vehículo me tardo cinco. Pero regresar a casa, dar la
vuelta en el “rompoint”, bajo el puente de la catorce, a ciertas horas pico
o los días viernes, puede llevar 15 minutos o más, pero si hay un accidente, ¡que calamidad¡
Vivo en un edificio donde buena
parte de sus habitantes son pensionados de 65 años y para ellos cruzar esa
calle, salvo toñito Abad, es suicidio,
pues se trata de una vía rápida.
Se encuentran supeditados a la tiranía
del vehículo privado o la piedad de que los conductores se detengan o distingan
al peatón.
¿Qué hacer entonces? Cuando miro por las ventanas de mi
apartamento hacia la calle 14 y la calle 17 el panorama del trancón es el
mismo. ¿Colapsará la ciudad en 5 años? ¿Tendrán nuestros políticos locales los
pantalones suficientes para realizar apuestas de vías para bicicleta o un
modelo de transporte público que responda a las especificidades de una ciudad
como Pereira? ¿Seremos capaces de dejar nuestros coches en casa y tomar el atrevimiento de caminar? Mientras
tanto, pienso que Pereira se ha
convertido en un gigantesco “trancón de
la Popa”.
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