La prensa local
siempre se ha caracterizado por tener empatía por algún partido político, ello
no es malo, si no se sirve como libro de oratoria para sustentar la buena o
mala gestión. En 1955, según mis más fidedignas fuentes, fue asesinado mi
bisabuelo, el señor Emilio Correa Uribe.
El asesinato de mi
bisabuelo, seguido del cierre del diario más importante del país, marcaron el
declive de un gobierno tórrido y turbulento en nuestro país. ¿Por qué citar
este suceso? Pues bien, porque un diario constituye la más ferviente muestra de
la expresión, libre e inherente de una sociedad moderna, es allí donde se
consignan pensamientos, ideologías con miradas de 360 grados. “La prensa es la
artillería de la libertad”, como bien lo cita Hans Dietrich, escritor
británico, pero es allí, en ese punto, justo ahí, donde se pierde la concepción
de libertad, sobre todo en nuestra ciudad, y se pierde porque es subyugada por
los intereses políticos de unos cuantos.
Pues bien, retomemos,
La Tarde también contó entre sus colaboradores a mi abuela, la señora Lucia Correa Echeverri, quien fulminó la audiencia local con unas sociales enmarcadas
por lentejuelas y canutillos, que en ese entonces se destacaban por ilustres
arquetipos de habitantes pereiranos. Recuerdo parte de mi niñez, bajo su
escritorio, jugando entre notas y textos de la sala de redacción. ¡Ah, por
cierto, mi madre también estuvo en nómina!
Vi cómo la sala de
redacción se animó con computadoras de última generación para entrar en la
nueva era digital,letras en verde y pantallas negras, vaya vaya que si fue
divertido jugar allí. Que mi familia esté involucrada en diferentes etapas de
la prensa local constituye un piso firme y sólido para comenzar una nueva ruta.
Que ahora será tal vez más locuaz de lo que se permitió, en un juego donde el
jaque ya se dio.
Enterrar un medio
que ha servido con fines políticos no es lo que me genera mayor tristeza; el
factor humano e impactar las cifras de desempleo de nuestra ciudad sí me
inquieta; sin embargo, por ahí están diciendo que uno que quisieron sacar del
juego volvió a entrar y esta vez sí vino para quedarse, y como lo citó el Papa
más taquillero: “la verdad y la solidaridad son dos elementos claves que
permiten a los profesionales de los medios de comunicación convertirse en
promotores de paz”, y esto lo cito por aquello de que la paloma blanca vuela
cada vez más cerca.
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