Ubicada en la
carrera 7a. y 8a. con calles 19 y 20, la Plaza de Bolívar se ha convertido para
los pereiranos en el principal punto de convergencia de la cultura e historia
de la ciudad; allí, ante los ojos perpetuados del Bolívar Desnudo, a diario
cruzan diferentes razas, religiones, estratos socioeconómicos y generaciones,
de un lado a otro en el caminar acostumbrado.
Pero más que el corazón de la ciudad, la Plaza de Bolívar rodeada de grandes árboles de
mangos y verdes palmeras, es avivado por el comercio que surge a su alrededor,
la actividad diaria de personajes que hoy son de ciudad y por las distintas
formas, tamaños y colores de las edificaciones que se encuentran a su
alrededor.
Un parque que
late día y noche al ritmo del trajinar cotidiano de los pereiranos y que a pesar de
sus transformaciones urbanas ha logrado destacarse por encima de otros de la
ciudad, incluso a nivel nacional e internacional.
Entre risas,
zapateos, teatro, ventas, gritos y cámaras fotográficas sigue en pie la gran
escultura de un héroe que promete acompañar y representar la ciudad al menos
otros 50 años.
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