Después de 12 años a la capital
risaraldense llegó la Copa Total Sudamericana, en la tarde-noche de este martes
miles de pereiranos asistieron al espectáculo entre Águilas Doradas Pereira y
Emelec de Ecuador.
En horas de la tarde ya se veían
los hinchas por el centro de Pereira, y no eran precisamente de Águilas Doradas,
eran de Emelec, el visitante ecuatoriano que más que su plantilla se trajo a la
afición radical que lo acompaña por todo Suramérica; sin embargo parecían más preocupados
por cómo volver que por comprar la boletería para el estadio: ¿señor a cuánto
estamos de Medellín?, preguntaron. Luego aludían a la ciudad de Cali como
destino.
A eso de las 5 de la tarde, ya
habían por los menos 300 hinchas en las afueras del Internacional Ramírez
Villegas, todos azules distintivos del cuadro visitante, los de Águilas
Doradas, cuatro como mucho. El ambiente poco a poco entró en suspenso, ya a las
5:30 salieron los arqueros al campo de juego para hacer su calentamiento
respectivo y la tribuna norte, lucía azul, banderas y ‘trapos’ alusivos a
Emelec adornaron esta localidad del escenario.
A occidental fueron llegando poco
a poco los aficionados, oriental estuvo a punto de llenarse; ya las cámaras de
la televisión internacional enfocaban a las personas para darle entrada a la
transmisión para toda américa.
La valla con el nombre de la
Pereira hizo eco en la publicidad y los comentaristas extranjeros informaban el
suceso, la ciudad de nuevo como sede de una copa de esta categoría, que en
Europa sería lo mismo a la Uefa Europa League.
A las 6:15 el pitazo inicial del espectáculo
dejó ver a un visitante que siendo
campeón en Ecuador vino a hacer lo suyo en tierra ajena. Águilas del otro lado,
desconcentrado, minimizado en el medio campo, la veteranía de John Javier ‘Choronta’
Restrepo no se vio en los primeros 45 minutos y Johan Fano el punta peruano,
solo, al olvido y sin juego visible. El gol del conjunto extranjero llegó al
minuto 41 por medio de Ángel Mena, quien de cabeza lo envió al fondo de la red.
La hinchada algo preocupada pero
sin dejar de lado la fiesta, esperó cambios en el segundo tiempo; pero al
inicio de la segunda mitad, no se dio, no llegaron los cambios en el medio
campo destrozado.
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La fanaticada ecuatoriana se hizo
local con el pasar de los minutos, con cánticos y arengas que desde la tribuna
norte llegaban a todo el estadio, el público se divertía en oriental haciendo
la ola, y claro, uno que otro gritando desesperado esperando que el nuevo
inquilino igualara el marcador.
Cuando ya las ilusiones se
despejaban, en un cobro de tiro de esquina Diego Álvarez la desenfundó en una
jugada bastante extraña. Goooooool, gritaron los aficionados desde la tribunas,
las mujeres acompañaron el sentimiento y se apasionaron que lo celebraron a reventar,
ese fue el final de un partido que la ciudad estaba esperando.
El próximo partido será el martes
26, allá en Guayaquil Ecuador, donde las fuerzas desde este lado tendrán que
ser demás para poder clasificar y avanzar.
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