Los malos olores, constantes peligros y los mismos animales,
tienen preocupada a esta comunidad que a diario ve como la sede social se
deteriora a pesar de estar pendientes de todos aquellos inescrupulosos que
convirtieron el sector en un basurero.
“Cuando no vienen a tirar basuras, vienen a dormir o hacer necesidades,
necesitamos urgente ayuda”, manifiesta una habitante del sector.
Floralba Ramírez, esposa del presidente de la Junta de
Acción Comunal del sector y miembro de esta figura jurídica manifestó a
Vecinos, que líderes del sector empiezan a solicitar la ayuda de la
administración municipal para tomar medidas tan radicales como cerrar por
completo la parte inferior del puente y darle uso como bodega.
Por lo pronto los habitantes de la zona piden la
intervención de la autoridad competente, pues la problemática se les ha
convertido en un tema de salud pública.
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