domingo, 16 de febrero de 2014

Gestora / Dirigente: Lina Múnera ve con el corazón

Lina Múnera es una mujer joven que conoce el mundo no a 
través de las miradas. Su verdadero conocimiento nace del corazón.
A esta abogada, directora ejecutiva de Corpovisión, nada la detiene. Ni su limitación visual le impide ser una gran líder y luchar por los derechos  humanos. Su mayor anhelo: tener un país y una ciudad más incluyente.

A sus escasos 25 años de edad, Lina Marcela se considera una mujer afortunada y extremadamente feliz, apasionada por la lectura y entregada de tiempo completo a ayudar a los demás, pues  considera que ese es el motor que le da sentido a su vida. Ver feliz al otro, al invidente hacerlo percibir desde lo más profundo lo bello que puede ser la vida y a las víctimas del conflicto armado darles un poco de luz en medio de tanto dolor.

“Creo que estudié la carrera más hermosa del mundo, me gradué en la Universidad Libre de Pereira hace dos años y ejerciéndola me ha ido muy bien, en lo que desempeño me permite ayudar a las personas. En la Gobernación trabajo ayudando a las víctimas del conflicto armado y en Corpovisión trabajo desde el voluntariado. Me esmero cada día por la rehabilitación de las personas con discapacidad visual. Quiero que ellas vivan una vida digna y puedan actuar de forma independiente y autónoma en la sociedad”, expresa Lina Marcela Múnera.

Además de ayudar a los demás, esta joven abogada es una enamorada de la tecnología, del deporte y de Dios, tanto que en los Juegos Paraolímpicos Nacionales del 2012 representó a Risaralda en la disciplina de ajedrez femenino para ciegos y ocupó el cuarto lugar, a medio punto de la medalla de bronce.

“Cuando no estoy en el trabajo me encanta estar en la Iglesia, soy muy devota de Dios. Me apasiona el ajedrez, cuando puedo juego con mis amigos y, en internet, perfecciono técnicas cada día. Otra de las cosas que me encanta al máximo es la tecnología, navegar y aprender, para mí no representa ningún problema hacer uso de todas las tecnologías porque utilizo un programa especial lector de pantalla que convierte los textos y los lee en voz alta; lo podemos tener en relojes, computadores y celulares. Es una idea magnífica, y a nosotros que tenemos una limitación nos sirve muchísimo”, dice Múnera.

Lina Marcela vive con sus padres y es la segunda de tres hermanos, con los cuales se la lleva de la mejor manera. Manifiesta que cuando está con ellos siente que se le fuera a salir el corazón. Cada instante que comparte a su lado parece ser el último.

A la joven abogada no la trasnocha tener mucho dinero, ni poseer grandes premios. Solo anhela vivir en una ciudad y país más incluyentes, donde se ayude a todos por igual. Y eso lo demostró desde muy joven; a pesar de su limitación siempre quiso estar en todo lo que pudo, solo para hacer feliz a los demás, a lo que ella se refiere como: “todos necesitamos ayudar, inclusive es como una necesidad humana. Es algo indispensable que, si uno lo hace, es feliz. Creo que ayudar es primordial para vivir en completa calma”, comenta.

Debido a su calidad de humanista, para Lina Marcela Múnera García su recuerdo más grato y que marcó su vida fue haber participado en el Concurso Nacional de Derechos Humanos que realiza la Defensoría del Pueblo anualmente. Para el año 2009 participó con varios compañeros en representación de la Universidad Libre, consiguiendo el primer lugar. Para ella ese logro cambió su vida.

“Cuando conseguimos el primer lugar en el Concurso Nacional  fue algo hermoso e inolvidable. Allí aprendí que los derechos humanos era el área en que me quería desempeñar, por eso esta es una anécdota que me encanta recordar”.

Para Lina, uno de sus tesoros más grandes es el haber estado siempre vinculada a Corpovisión, ya que su discapacidad visual es de ceguera total y desde niña ha estado en la entidad. En ella tuvo la oportunidad de recibir una rehabilitación integral, a la cual le debe gran parte de lo que es ahora. Ella lo describe como “un patrimonio de todos los ciegos de Pereira, creado por ciegos y para ciegos, como una gran familia”.   


Por último, añade que “sueño siempre con trabajar por la inclusión, tanto por las personas con incapacidad como las que no, en general, por los Derechos Humanos. Como yo soy una humanista, mi sueño es ver una ciudad y un país más incluyente, en el que haya equiparación de oportunidades y defender siempre a las personas vulnerables. Quiero aportar a ese anhelo de ciudad y país”.

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