Lina Múnera es una mujer joven
que conoce el mundo no a
través de las miradas. Su verdadero conocimiento nace
del corazón.
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A esta abogada, directora ejecutiva
de Corpovisión, nada la detiene. Ni su limitación visual le impide ser una gran
líder y luchar por los derechos humanos.
Su mayor anhelo: tener un país y una ciudad más incluyente.
A sus escasos 25 años de edad, Lina
Marcela se considera una mujer afortunada y extremadamente feliz, apasionada
por la lectura y entregada de tiempo completo a ayudar a los demás, pues considera que ese es el motor que le da
sentido a su vida. Ver feliz al otro, al invidente hacerlo percibir desde lo
más profundo lo bello que puede ser la vida y a las víctimas del conflicto
armado darles un poco de luz en medio de tanto dolor.
“Creo que estudié la carrera más
hermosa del mundo, me gradué en la Universidad Libre de Pereira hace dos años y
ejerciéndola me ha ido muy bien, en lo que desempeño me permite ayudar a las
personas. En la Gobernación trabajo ayudando a las víctimas del conflicto
armado y en Corpovisión trabajo desde el voluntariado. Me esmero cada día por
la rehabilitación de las personas con discapacidad visual. Quiero que ellas
vivan una vida digna y puedan actuar de forma independiente y autónoma en la
sociedad”, expresa Lina Marcela Múnera.
Además de ayudar a los demás,
esta joven abogada es una enamorada de la tecnología, del deporte y de Dios, tanto
que en los Juegos Paraolímpicos Nacionales del 2012 representó a Risaralda en
la disciplina de ajedrez femenino para ciegos y ocupó el cuarto lugar, a medio
punto de la medalla de bronce.
“Cuando no estoy en el trabajo me
encanta estar en la Iglesia, soy muy devota de Dios. Me apasiona el ajedrez,
cuando puedo juego con mis amigos y, en internet, perfecciono técnicas cada
día. Otra de las cosas que me encanta al máximo es la tecnología, navegar y
aprender, para mí no representa ningún problema hacer uso de todas las
tecnologías porque utilizo un programa especial lector de pantalla que
convierte los textos y los lee en voz alta; lo podemos tener en relojes,
computadores y celulares. Es una idea magnífica, y a nosotros que tenemos una
limitación nos sirve muchísimo”, dice Múnera.
Lina Marcela vive con sus padres
y es la segunda de tres hermanos, con los cuales se la lleva de la mejor manera.
Manifiesta que cuando está con ellos siente que se le fuera a salir el corazón.
Cada instante que comparte a su lado parece ser el último.
A la joven abogada no la
trasnocha tener mucho dinero, ni poseer grandes premios. Solo anhela vivir en
una ciudad y país más incluyentes, donde se ayude a todos por igual. Y eso lo
demostró desde muy joven; a pesar de su limitación siempre quiso estar en todo
lo que pudo, solo para hacer feliz a los demás, a lo que ella se refiere como:
“todos necesitamos ayudar, inclusive es como una necesidad humana. Es algo
indispensable que, si uno lo hace, es feliz. Creo que ayudar es primordial para
vivir en completa calma”, comenta.
Debido a su calidad de humanista,
para Lina Marcela Múnera García su recuerdo más grato y que marcó su vida fue
haber participado en el Concurso Nacional de Derechos Humanos que realiza la
Defensoría del Pueblo anualmente. Para el año 2009 participó con varios
compañeros en representación de la Universidad Libre, consiguiendo el primer
lugar. Para ella ese logro cambió su vida.
“Cuando conseguimos el primer
lugar en el Concurso Nacional fue algo
hermoso e inolvidable. Allí aprendí que los derechos humanos era el área en que
me quería desempeñar, por eso esta es una anécdota que me encanta recordar”.
Para Lina, uno de sus tesoros más
grandes es el haber estado siempre vinculada a Corpovisión, ya que su
discapacidad visual es de ceguera total y desde niña ha estado en la entidad.
En ella tuvo la oportunidad de recibir una rehabilitación integral, a la cual
le debe gran parte de lo que es ahora. Ella lo describe como “un patrimonio de
todos los ciegos de Pereira, creado por ciegos y para ciegos, como una gran
familia”.
Por último, añade que “sueño
siempre con trabajar por la inclusión, tanto por las personas con incapacidad
como las que no, en general, por los Derechos Humanos. Como yo soy una
humanista, mi sueño es ver una ciudad y un país más incluyente, en el que haya
equiparación de oportunidades y defender siempre a las personas vulnerables.
Quiero aportar a ese anhelo de ciudad y país”.
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