Muy malas noches
Si usted quiere pasar una mala noche, intente dormir en
el quinto piso de un edificio de apartamentos del sector de la Circunvalar,
sobre todo durante el fin de semana. ¿Pero quién quiere tener una mala noche?
Autorregulación.
Ruido por encima de los niveles permitidos es una de las mayores dificultades para poder vivir
en paz en importantes sectores de la Comuna. El desplazamiento de muchos habitantes
hacia otros sectores de la ciudad se tornó en una práctica reiterada.
La declaratoria como “Zona de centralidad comercial y de
servicios”, del sector de la Circunvalar, es la clave para entender el fondo
del insomnio que viven miles de sus habitantes.
Cambiar el uso del suelo es una necesidad imperiosa, más
allá de las constantes sanciones que, revisando documentos de los últimos cinco
años, se han dado. La Circunvalar no es zona residencial y eso avala la
presencia de muchos negocios como bares y discotecas.
De hecho, este uso parece contravenir lo dispuesto en el
Decreto número 717 de noviembre 26 de 2007 que a la letra dice, en su objetivo
6: “Conservar la vocación residencial en
la UP3, estimulando el desarrollo de los vacíos urbanos que aún falta por
consolidar, complementado con una buena dotación urbana y con actividades
comerciales y de servicios especializados como parte de su sostenibilidad
económica” (subrayado incluido).
Ese decreto avala la creación de la Unidad de
Planificación 3, la cual fue propuesta en la administración del ex alcalde Juan
Manuel Arango. Esa unidad incluye, entre otros, a los barrios pertenecientes a
la zona de la Circunvalar y Álamos.
Paños tibios
De poco han servido las cartas, derechos de petición,
acciones populares y demás herramientas legales dirigidas desde hace más de un
lustro a la Alcaldía de Pereira, Secretaría de Gobierno, Personería, Defensoría
del Pueblo, Carder, Procuraduría General de la Nación y Contraloría.
Muchos negocios han sido cerrados debido al ruido que no
solucionan o por la presencia reiterada de menores, pero igual, como por
generación espontánea, en pocos días aparece otro en el mismo lugar del
anterior.
Se toman acciones y prueba de ello son el sonómetro
comprado en junio del año pasado por la Alcaldía o el laboratorio de ruido que
entró a funcionar en octubre. A todo esto se suma el largo listado de
establecimientos investigados y sancionados este año, pero la situación tiende
a empeorar, según la percepción de los mismos habitantes del sector.
Queda en el aire la sospecha, y eso lo comentan con
reserva administradores de varios edificios,
que hay muchos más intereses en juego de los que en apariencia se creen.
Para escuchar a las autoridades, VECINOS consultó a los
principales actores que tienen injerencia en el remedio de esta situación y
estas fueron sus respuestas:
Alcalde
de Pereira
Hago un llamado en este sentido, en particular a los
de Asobares, que principalmente son los más generadores de ruido, llamarlos a
la “autorregulación”. Pero también diciéndoles, y aquí están en mis manos, 37
procesos de cierre de establecimientos por ruido, o al menos muchos de ellos
con apertura de investigación.
Cuando empiece el peso de la ley a caer, cuando se
inicie el cierre de establecimientos, empezarán los otros a creer que esto es
en serio, que Pereira requiere orden y autoridad, ante todo en el sector de la
Circunvalar. Los procesos ya están abiertos, unos están en fase de resolución,
pues hay un debido proceso que hay que cumplir.
Tenemos operando un sonómetro en la ciudad que nos permite
al menos vincular legalmente, probar la contaminación por ruido que esperamos
se solucione en un proceso de cultura ciudadana, que es un proceso posterior al
que estamos desarrollando.
Hoy estamos haciendo una intervención física (en la
Circunvalar), después de esta intervención tenemos que hacer una apropiación
ciudadana, un colectivo ciudadano que de la mano de entidades que deben haber
en el sector, o a través del Instituto de Cultura, vamos a trabajar
definitivamente para generar conciencia.
Secretario
de Gobierno
En octubre comenzó a operar el laboratorio de ruido, la
ciudad compró sonómetro y estación meteorológica. Circunvalar es para nosotros
un sector vigilado, controlado, hay bares llamados a sanciones.
La insonorización (de los bares y discotecas) es posible,
ya se ha operado en varias partes. Si la gente no se adapta vamos a la sanción
o al cierre definitivo.
Esperamos que a mediados de diciembre ya estén los
primeros locales insonorizados o cerrados, para empezar a cambiar este tipo de
actitud que es una queja constante de la gente.
Incluso hay un lugar nuevo montado al lado de la clínica
Comfamiliar que va rumbo al cierre, luego del debido proceso, pues hace un uso
no permitido del suelo.
Personero
municipal
Vengo comprometido desde el mismo momento que asumí la
Personería municipal en contribuir, con los ciudadanos que son vecinos de la
comuna Universidad, en la solución del problema del ruido.
Lo que les digo es que no pueden quedarse callados
frente a tantas dificultades que se presentan, frente al abuso que cometen los
dueños de los establecimientos comerciales.
El gobierno municipal ha empezado a adelantar las
acciones policivas necesarias para el cierre de esos establecimientos, pero en
eso se necesita un apoyo de todos los ciudadanos.
Si los dueños de negocios de la Circunvalar no son
capaces de autorregularse para controlar el ruido, los horarios de apertura y
cierre de los establecimientos a lo largo de la avenida Circunvalar deben ser
modificados de una manera radical para poder hacer compatible el interés
general con el interés particular.
Director operativo
Control y vigilancia
Tenemos
la estación meteorológica funcionando en el municipio de Pereira, donde tomamos
la medición auditiva de todos los bares de la Circunvalar, generalmente podemos
hacer cuatro bares en un fin de semana.
Estamos
tomando medidas en donde si nos pasamos de 50 decibeles, que es el máximo
permitido en horario nocturno, para comercial y residencial, están ya violando
la normativa del ruido, por tanto empezamos un auto de apertura de
investigación para que insonoricen. La exigencia es que tienen 30 días para insonorizar,
si no lo hacen, el establecimiento se va a tres sanciones económicas y luego al
cierre definitivo.
Líder
cuadrante
Nosotros
hacemos operativos constantes, los cuales agilizamos el fin de semana contando
con un CAI móvil y dos motos, una del cuadrante y otra de apoyo. Además
contamos con oficial de apoyo en esos días.
La
presencia del CAI cumple una función disuasiva, para evitar que los
establecimientos le suban volumen a los equipos y también para que los
ciudadanos se acerquen a entablar sus quejas y denuncias.
Nuestra
labor en cuanto al ruido consiste en llamar la atención de los administradores
de los locales, pero ya no tenemos potestad para cerrar los establecimientos.
Porque nos quedamos callados frent a esto los habitantes d este sector, los invito. Protestar!
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